"Lo que fracasó en Rusia no fue el socialismo, sino un modelo falso, una caricatura del socialismo", definió alguna vez Alan Woods, escritor y político galés de raíz trotskista, dirigente de la Corriente Marxista Internacional y autor de Lenin y Trotsky, qué defendieron realmente y Bolchevismo: el camino a la revolución, en co-autoría con Ted Grant. Desde Londres, responde a las preguntas de Sudestada en dos entregas. La primera es la que sigue.
¿Cuál era el papel de Trotsky, una vez triunfante la Revolución y con Lenin deteriorado físicamente?
El papel de Trotsky durante y después de la Revolución de Octubre fue vital. Lenin sentía un enorme respeto hacia él. Por ejemplo, el 14 de noviembre de 1917, dijo: “Hace mucho que Trotsky comprendió que era imposible una unión con los mencheviques y, desde entonces, no ha habido otro mejor bolchevique”. León Trotsky era reconocido universalmente como el segundo de Lenin en la dirección del Partido. En realidad, las masas (y también los enemigos de la revolución) habitualmente hacen referencia al Partido Bolchevique como el partido de Lenin y Trotsky.
¿Qué fenómenos determinaran que Stalin ocupara puestos de relevancia dentro del Partido, después de Octubre?
El aspecto organizativo del trabajo inevitablemente asumió una importancia colosal después de la revolución, cuando los bolcheviques tenían la responsabilidad de dirigir un aparato estatal enorme, alimentar a la población, mantener operativo el sistema de transporte, etc., al tiempo que se desarrollaba una guerra civil. Este trabajo absorbía una parte considerable de los cuadros bolcheviques, que se vieron arrastrados al trabajo del aparato del Estado. Evidentemente, en esta situación existían peligros y Lenin estaba deseoso de que el Partido pudiera mantener un control firme de este trabajo.
Sverdlov, como secretario general del Partido, cumplió esta tarea admirablemente. Era un maravilloso organizador, un hombre honesto, desprovisto totalmente de ambición personal y completamente dedicado a la causa de la revolución y el Partido, aunque no era un teórico. Cuando Sverdlov murió en 1919, Lenin buscó un buen organizador con un carácter fuerte que se encargara de este aspecto del trabajo. Lenin pensó que Stalin podría jugar el mismo papel que Sverdlov. Pero estaba equivocado. Stalin utilizó su posición dentro del Partido y en el aparato del Estado (que cada vez estaban más identificados) para promocionar a sus compinches y concentrar el poder en sus manos. Más tarde Lenin comentó sobre esta situación en lo que se conoce como su Testamento.
¿Por qué entiende que Trotsky decidió no intervenir en la discusión del tema georgiano (aún conociendo la voluntad de Lenin de combatir la posición de Stalin) y por qué tampoco estuvo de acuerdo en proponer cambios en la secretaría general, durante el XII Congreso?
Durante su última enfermedad, Lenin se dio cuenta de las serias desviaciones de la dirección del partido. A pesar de los intentos arduos de Stalin por aislarlo de la realidad, Lenin se enteró del escandaloso comportamiento de Stalin y sus aliados, Dzerzhinsky y Ordzhonikidze, en Georgia. Utilizando métodos burocráticos, pisotearon los sentimientos nacionales de la población y oprimieron a los bolcheviques georgianos, incluso utilizaron la violencia física contra los dirigentes del Partido.
Cuando Lenin se enteró de esta situación, se enfureció y exigió la expulsión de Ordzhonikidze, el secuaz de Stalin, del Partido. Escribió una carta dirigida a Mdivani, el líder del PC Georgiano, prometiendo a los bolcheviques georgianos su total apoyo contra Stalin, Dzerzhinsky y Ordzhonikidze. Desde su lecho de muerte, Lenin estaba preparando una lucha contra Stalin (su secretario dijo: “Vladimir Ilich está preparando una bomba contra Stalin”) y formó un bloque con Trotsky.
Pero poco después de esto, la salud de Lenin se deterioró repentinamente, lo le impidió asistir al congreso. Cuando se quedó incapacitado por la enfermedad, todo cambió. Nadie tenía la misma autoridad que Lenin, y Trotsky era reticente a iniciar una lucha en el congreso que podría haber terminado en una escisión prematura. Además, no había abandonado la esperanza de que Lenin se recuperase y, por esa razón, decidió ganar tiempo.
Al evaluar los motivos de Trotsky, es necesario comprender el contexto objetivo en el que se estaba desarrollando la lucha dentro del Partido. Existía un peligro serio de que una escisión abierta en la dirección del Partido pudiese llevar a una división en líneas de clase, que hubiera debilitado la dictadura del proletariado y llevado a la contrarrevolución capitalista. El grupo dirigente (la “troika”) estaba acusando a Trotsky de todo tipo de cosas y él no quiso aparecer jugando el papel de escindir el partido. Esa fue la principal razón por la que decidió no comenzar una batalla abierta en el XII Congreso.
En Mi vida, Trotsky confirma que Lenin lo había seleccionado como el cuadro indicado para sucederlo en el buró político. ¿Por qué cree que Lenin nunca hizo pública esa decisión?
El XII Congreso tuvo lugar en las primeras semanas de 1923, en un momento en que la camarilla dirigente aún no tenía confianza en su posición y por tanto actuaba con cuidado. Stalin aún jugaba lo que parecía ser un papel subordinado. Prácticamente era un desconocido fuera de la estrecha capa de cuadros del Partido. En ese momento, Zinoviev era el que jugaba el papel principal.
El propio Lenin todavía procedía con cautela en aquella época. No hizo pública esta carta porque esperaba resolver los problemas dentro del Partido. En aquel momento, ni Lenin, ni Trotsky, ni ninguno de los otros participantes eran conscientes de toda la gravedad de la situación o de dónde podría terminar. Lenin estaba preocupado por el peligro de la contrarrevolución capitalista (un temor compartido por Trotsky). Sobre esta cuestión Lenin escribió: “Nuestro Partido se apoya en dos clases, y por eso es posible su inestabilidad y sería inevitable su caída si estas dos clases no pudieran llegar a un acuerdo. Sería inútil adoptar unas u otras medidas con vistas a esta eventualidad y, en general, hacer consideraciones acerca de la estabilidad de nuestro Comité Central. Ninguna medida sería capaz, en este caso, de evitar la escisión. Pero yo confío que esto se refiere a un futuro demasiado lejano y es un acontecimiento demasiado improbable para hablar de ello”.
Lenin temía que una escisión abierta entre Trotsky y Stalin pudiera provocar una escisión en el Partido en líneas de clase. Por eso no hizo públicas sus ideas sobre la dirección y también por eso en su Testamento se expresa con un lenguaje muy cauteloso. No olvidemos que tenía la intención de asistir en persona al XII Congreso, donde creía que podría expresarse en términos más enfáticos.
En su Testamento, Lenin dice que Trotsky “no se distingue únicamente por su gran capacidad. Personalmente, quizá sea el hombre más capaz del actual CC […]”. Con relación a Stalin escribía: “El camarada Stalin, llegado a Secretario General, ha concentrado en sus manos un poder inmenso, y no estoy seguro que siempre sepa utilizarlo con la suficiente prudencia”. Aquí Lenin se expresaba con cuidado, pero más tarde añadió una nota en la que acusa a Stalin de ser rudo y desleal, defendiendo su destitución como secretario general.
El problema es que es demasiado fácil examinar estos acontecimientos con la sabiduría que da el tiempo transcurrido. Debemos recordar que el ascenso de Stalin y la burocracia no se producen de la noche a la mañana. Fue un proceso gradual que reflejaba la situación real en el país, una vez que la revolución se había quedado aislada en condiciones de atraso feroz. Al principio no encontró su expresión en diferencias políticas abiertas. Más bien se expresó en determinados ambientes de la sociedad. Fue realmente una reacción pequeño burguesa contra las tradiciones de Octubre.
El burócrata en general quiere una vida pacífica, quedarse solo para continuar su trabajo de “ordenar” la sociedad desde su oficina. Ve la participación de los trabajadores como un fastidio. Para el burócrata soviético la tormenta y la tensión del período de 1917-19 era algo ajeno, una especie de locura colectiva o desorden social. Por lo tanto, después de años de revolución y guerra civil, la burocracia anhelaba la paz y el orden. Esa fue la base psicológica de la “teoría” del socialismo en un solo país. Expresaba la psicología de la burocracia que encontró su punto de referencia en la fracción de Stalin. Pero esta aún era música del futuro.
A propósito, el propio Stalin no comprendió ni previó nada. Como un burócrata típico (Trotsky le describió como la “mediocridad extraordinaria del partido”), procedía de manera empírica, sin otro plan predeterminado que promocionarse y eliminar a sus rivales. Trotsky dijo en cierta ocasión que, con toda probabilidad, si Stalin hubiera conocido en aquel momento donde terminaría, no habría continuado adelante.
¿Cuál fue la posición de Trotsky al momento de darse a conocer el testamento de Lenin en una reunión del buró? ¿Estuvo de acuerdo o en desacuerdo en difundir el documento en el Congreso venidero?
Lenin escribió su Testamento un año antes de su muerte, el 4 de enero de 1923. Murió el 21 de enero de 1924, pero en realidad su vida política se cortó en marzo de 1923. Sólo dos personas sabían de la existencia de este documento: la estenógrafa a quién dictaba y la esposa de Lenin, N. Krupskaya. En la medida que había esperanzas de que Lenin se recuperase, Krupskaya mantuvo el documento bajo llave. Pero después de la muerte de Lenin, en víspera del XIII Congreso, entregó el testamento al secretariado del Comité Central, para que se informara al Partido en el Congreso de acuerdo con los deseos de Lenin.
La primera lectura oficial del testamento en el Kremlin fue en el Consejo de Veteranos del XIII Congreso del Partido, el 22 de mayo de 1924, leído por Kámenev. En aquel momento el aparato del Partido estaba semi-oficialmente en manos de la troika. Naturalmente, se opusieron a la lectura del testamento en el Congreso. Pero Krupskaya insistió. La cuestión se pasó a una reunión de Veteranos del Congreso, es decir, a los dirigentes de las delegaciones provinciales. Fue aquí cuando Trotsky y otros miembros de la Oposición del Comité Central supieron por primera vez el testamento.
En esta reunión Kámenev comenzó a leer el texto en voz alta. No se permitió a nadie tomar notas. Como resultado de las maniobras de la troika, se introdujo una resolución mediante la cual el documento se debería leer en cada delegación por separado en una sesión ejecutiva; una vez más nadie podía tomar notas y no debía hacerse referencia al testamento en el pleno del Congreso. Krupskaya planteó que se trataba de una violación directa de los deseos de Lenin. Pero los miembros del Consejo de Veteranos fueron implacables y por una mayoría aplastante aprobaron la resolución de la troika.
Durante muchos años apenas nadie en Rusia supo de la existencia del Testamento. Fue publicado sólo en el informe estenográfico del Comité Central disponible sólo para funcionarios del Partido, y también pronto desapareció. La militancia del partido nunca supo de él. Más tarde los estalinistas negaron su existencia. Max Eastman, que apoyaba a la Oposición de Izquierdas, publicó el Testamento de Lenin por primera vez en los años veinte. Sólo se hizo público en 1956 después del famoso discurso de Kruschev denunciando los crímenes de Stalin.
Trotsky en su biografía de Stalin dice que ese documento fue el “último consejo de Lenin sobre cómo organizar la dirección del partido”. Lenin veía en los métodos de Stalin los inicios de la “burocratización no sólo en las instituciones soviéticas sino también en el Partido”. Para luchar contra este peligro dictó una carta confidencial donde exponía sus apreciaciones de los dirigentes del Comité Central y, diez días después, añadió una posdata en la que proponía la destitución de Stalin de su puesto como secretario general del Partido.
Como hemos dicho, este temor a que una escisión en el partido llevara a una contrarrevolución capitalista fue la razón por la que Trotsky decidió adoptar una actitud cautelosa. Las diferencias políticas, que surgirían abruptamente en los siguientes años, aún no aparecían con claridad, sólo estaban presentes en una forma embrionaria. Por tanto, existía el peligro de que un enfrentamiento entre Trotsky y la camarilla dirigente no fuera comprendido por las masas o que fuese visto como un conflicto personal. De hecho, las diferencias en el partido reflejaban los intereses de diferentes clases y grupos en la sociedad y no se podían entender al margen de estas tendencias sociales arraigadas.
Source: El Militante - Argentina