El 18 de junio, la República Islámica del Irán celebró sus elecciones presidenciales, que se encontraron con un boicot generalizado por parte de las masas. La cifra oficial de participación fue del 48%, con el candidato del régimen, Raisi, ganando con el 61,9%, y los votos en blanco ocupando el segundo lugar con el 12,8%.