Se cumple este año el 40º aniversario de las grandes luchas que los trabajadores y estudiantes desarrollaron en las principales ciudades del interior del país. En 1969, las masas irrumpieron en la historia haciéndose cargo de su destino y abrieron de esa forma un proceso revolucionario que sólo se cerraría con el sangriento golpe de 1976.
1969-2009: A cuarenta años de las grandes rebeliones de la clase obrera y la juventud
El movimiento obrero antes del Cordobazo
Desde el derrocamiento de Perón en 1955, se venían sucediendo distintos gobiernos militares y civiles pero siempre con proscripción de la izquierda y el peronismo. Los intentos de imponer planes de ajuste, privatizaciones, despidos y quita de derechos laborales, con el consecuente deterioro de las condiciones de vida, encontraban la resistencia de un sindicalismo muy militante. Se dan las grandes luchas ferroviarias, contra el cierre de ingenios azucareros en Tucumán y en el frigorífico Lisandro de la Torre. Era una camada joven que había accedido a cargos de dirección y recompuesto los sindicatos a partir del desplazamiento de la jerarquía ligada al gobierno de Perón. La reacción tomó nota de esto y en el golpe de 1976 el objetivo fueron los cuerpos de delegados, más que la alta dirigencia sindical.
Pero esa camada sería neutralizada por la represión por un lado y por la traición de algunos nuevos dirigentes como Vandor y Alonso, con su participación o colaboración con la dictadura de Onganía. Y también por la tregua dada por Perón cuando llamó a ¨desensillar hasta que aclare¨. Se impone un esquema corporativo pro monopolios y el ajuste y la represión se profundizan.
Pero una nueva generación de trabajadores, fruto de la reciente industrialización con centro en Córdoba (principalmente automotriz) y el gran Rosario (petroquímica, y otras) con el apoyo de una juventud harta de la represión, sería la nueva protagonista de la historia. Acompaña el proceso el surgimiento del sindicalismo clasista, cuya figura más destacada fue Agustín Tosco de Luz y Fuerza-Córdoba, con su incansable política de unidad de la clase obrera y sus inteligentes tácticas de frente único, que obligaron a la dirigencia burocrática a ir más allá de lo pensado. Se da entonces un proceso de democratización sindical impulsado desde las bases que tiene su máxima expresión en la CGT de los Argentinos en marzo de 1968.
No olvidemos, además, el ambiente revolucionario que recorría el mundo y en especial Latinoamérica: la revolución cubana, el Che en Bolivia, el movimiento estudiantil en México, el mayo francés, la primavera de Praga, etc.
El primer Rosariazo
Durante el mes de mayo de 1969 se da el pico de las movilizaciones en el interior del país, en Capital y alrededores hay manifestaciones menores. El 12, la dictadura elimina el sábado inglés que regía en cinco provincias desde hacía cuatro décadas y congela salarios. El 13, el ingenio Amalia de Tucumán fue ocupado por sus trabajadores y su gerente José Gabaraín, tomado como rehén. Se exigía pago de salarios adeudados. El 14, en Córdoba unos 4000 obreros de automotrices se reúnen en asamblea en el Sport Club contra la eliminación del sábado inglés. La policía ataca esa asamblea: hay 11 heridos y 26 detenidos, enfrentamientos y vidrieras rotas. Participan estudiantes de la UNT en apoyo de los obreros. Se queman los colectivos de la policía. Varios sindicatos convocan a un paro el 14 y 15 de mayo. El 15, en Corrientes, el rector Carlos Walker aumenta 500% los vales del comedor universitario, se realiza una marcha estudiantil de repudio. La violenta represión subsiguiente asesina al estudiante de medicina Juan José Cabral. Se militariza la ciudad. Para la CGT local y marchan mil en el entierro. El 16 se realiza un acto de repudio en la facultad de medicina de Rosario, se suman otras facultades. El rector suspende las actividades universitarias durante tres días. Se envían fuerzas federales a Corrientes y se prepara la gendarmería en Formosa. En Córdoba hay paro provincial y represión. En Tucumán movilizan los estudiantes y se suma la CGT.
El 17 comienza una protesta en el comedor universitario de Rosario. En la represión de la posterior movilización la policía asesina al estudiante Adolfo Ramón Bello, de 22 años, en galería Melipal. la CGT de los Argentinos decreta estado de alerta y cita a un plenario para el 20. El 18, distintos sectores sindicales y sociales de Rosario repudian el asesinato. Los estudiantes anuncian paro nacional el 20. En Córdoba hay una marcha de silencio, y detienen a Tosco por 24 horas. En Corrientes los docentes en la calle piden la destitución de autoridades universitarias. En Mendoza hay paro y marcha de silencio.
El 21, 4.000 estudiantes marchan en silencio por Rosario, junto a la CGT de los Argentinos. La policía retrocede, pero asesina al estudiante y aprendiz metalúrgico Luís Norberto Blanco, de 15 años, frente a Radio LT8. Gran reacción popular: Primer Rosariazo, protagonizado por los estudiantes. Hay barricadas y fogatas, se ocupa la Universidad Nacional y LT8. A la noche, la ciudad queda bajo control militar. El 22 se decreta estado de emergencia. Hay 89 detenidos. Se militarizan Rosario y otras ciudades santafesinas. Los estudiantes van al paro en Córdoba. El 23 hay un paro de alto acatamiento de 38 sindicatos del cordón industrial de Rosario. Más de 8 mil personas concurren al entierro de Blanco. En Córdoba, los estudiantes ocupan el barrio Clínicas tras duros enfrentamientos con la policía. El 25, varios sacerdotes de la provincia de Santa Fe se niegan a hacer el Tedeum. Tosco habla en la Universidad Católica de Córdoba contra la represión.
Estalla el Cordobazo
El 26 de mayo las dos CGT cordobesas convocan a un paro de 37 horas para 29 y 30 contra la quita del sábado inglés y la represión. Se organiza el paro desde asambleas de base. El 27 hay una gran movilización en Tucumán. Estaban convocados un paro nacional universitario el 29 y un paro nacional de la CGT el 30.
El 29, a las 11, se moviliza en Córdoba desde los lugares de trabajo hacia el centro. Participan con grandes columnas SMATA, UTA, Luz y Fuerza, ferroviarios, estatales, etc. La represión provoca el primer muerto: Máximo Mena. Aumenta la indignación, se levantan barricadas, se usan palos, piedras, herramientas, molotov, hondas y algunas pistolas. Se atacan edificios públicos y las empresas más odiadas. Participan más de 50 mil trabajadores y jóvenes con el apoyo de la gran mayoría de la población. Es el Cordobazo. Se toma el centro, el Ministerio de Obras Públicas y el barrio Clínicas, unos 9 km2, en un germen de Comuna. La policía retrocede desbordada y agota existencia de gases lacrimógenos. La ciudad queda en manos de los manifestantes.
A las 17 hs interviene el ejército y controla el centro después de varias horas de violenta represión. Se habla oficialmente de 34 muertos, se cree que fueron 100, 400 heridos y 2000 detenidos, sobre todo líderes sindicales. Se instauran tribunales militares. En los barrios periféricos los trabajadores resisten hasta 4 ó 5 días después.
El 20 de junio el presidente, general Onganía visita Rosario por el día de la bandera y es declarado ¨persona no grata¨. Intervienen la Unión Ferroviaria encarcelando a los dirigentes. Se rebajan salarios y crece la tensión. El 7 de septiembre, estudiantes de la UNR comienzan una semana de homenajes a los caídos por la represión (tres años antes en una protesta en Córdoba había sido asesinado por la policía el estudiante y obrero de la IKA, Santiago Pampillón). El 8, se inicia una huelga ferroviaria por 72 hs a raíz de la suspensión del delegado administrativo Mario J. Horat. Van adhiriendo otras seccionales. El 12 hay más suspensiones, la huelga se vuelve por tiempo indeterminado, declarada por los delegados, y se extiende a todo el país. El gobierno nacional decreta la movilización militar de los ferroviarios. El 15 las dos CGT se declaran en paro de 36 hs.
El Segundo Rosariazo y el Viborazo
El 16 de septiembre se ocupan fábricas en Córdoba y hay un levantamiento masivo en Cipoletti (Río Negro). En Rosario, la CGT moviliza a las 10 hacia el centro. Participan ferroviarios, ATE, telefónicos, textiles, correo, carne, petroleros, Luz y Fuerza, papeleros petroquímicos, vidrio y UOM. Hay represión policial, con enfrentamientos en todos los barrios. Participan cerca de 250 mil personas. Se levantan barricadas, se queman colectivos. La policía es rechazada. Es el Segundo Rosariazo o Rosariazo Proletario. El 17, la represión es asumida por el ejército, bajo el mando del coronel Leopoldo Fortunato Galtieri. Se instalan tribunales militares. Algunos barrios continúan resistiendo un día más.En los años siguientes se dieron otros levantamientos y grandes luchas: El Chocón, Mendoza, General Roca, el Viborazo o Segundo Cordobazo del 15 de marzo de 1971 y numerosas puebladas. La dictadura se divide pero la situación no tiene salida: los ¨duros¨ provocan más bronca popular, y los ¨liberales¨ abren un poco el juego y las masas irrumpen incontenibles. Se convoca a elecciones para descomprimir, pero sólo el retorno de Perón estabiliza la situación por unos meses. El cuestionamiento al capitalismo y sus miserias continuaba y el proceso revolucionario sólo pudo ser cortado mediante el golpe del 24 de marzo de 1976 y la más negra dictadura de nuestra historia.
Conclusiones
Hoy, cuando una nueva oleada revolucionaria recorre nuestra América (Venezuela, Bolivia, Ecuador...) debemos recordar a los compañeros que protagonizaron estas heroicas jornadas de 1969 en su lucha por un cambio fundamental en la sociedad. Y esto también nos debe servir para reflexionar sobre lo único que faltó para que el objetivo fuera alcanzado: una organización de masas de los trabajadores y la juventud que pudiera encauzar toda esa voluntad de millones hacia una salida socialista, única que puede garantizar el fin de la explotación, la injusticia y la represión que rigen bajo el capitalismo.
Las masas enfrentaron la situación en todos los frentes: sindical, estudiantil, barrial, represivo y político, con una serie de programas avanzados de nacionalizaciones y control obrero como Huerta Grande, La Falda y CGT de los Argentinos, y una consigna apropiada: ¨¡Luche, luche, luche, y no deje de luchar! Por un gobierno obrero, obrero y popular¨. Sólo la falta de una corriente socialista revolucionaria que se planteara la formación de una organización de masas sin caer en las tentaciones ultraizquierdistas, ni en el sustituísmo de la guerrilla, con una política amistosa hacia la juventud trabajadora peronista y de izquierda impidió que llegara buen puerto el proceso revolucionario que celebramos hoy, a cuarenta años de sus expresiones más elevadas.
Fuente: El Militante - Argentina