La campaña electoral para el referéndum constitucional del próximo 25 de enero está desenvolviéndose en una creciente polarización social para muchos inesperada tras los resultados del acuerdo político que ha modificado en el Congreso el texto de la nueva Constitución Política del Estado aprobado en Oruro. La parte de la derecha más conservadora está utilizando una propaganda de antaño y con toda su potencia mediática está intentando hacer pasar el proyecto de nueva Constitución como socialista, inspirada al modelo cubano y empapada del totalitarismo venezolano. Así mientras la propaganda del gobierno se dedica a tranquilizar la burguesía nacional urbana y “productiva” presentándole las nuevas garantías constitucionales a la propiedad privada y al apoyo que el Estado compromete hacia su sector, descuidando de explicar a la clase trabajadora y al campesinado porque votar SI, la derecha en su campaña llama en causa el propio Jesús Cristo para nada incomodado en esta su veste de auspiciador electoral considerando el silencio de sus voces en tierra, en particular la Iglesia Católica.
El frente del NO, conformado por sectores de PODEMOS, UN, cívicos y Prefectos de la Media Luna, saben que las modificaciones a la nueva CPE introducidas por el Congreso Nacional mantienen casi intacto el poder de la burguesía nacional y de las multinacionales sobre la economía, y consecuentemente su poder político, sobre el Estado y social. Saben que con el nuevo artículo 399 no habrá la profunda reforma agraria que Bolivia necesita para lograr la soberanía alimentaria y subsanar las contradicciones sociales en el campo, quedando cualquier esperanza en manos del INRA y de los Tribunales que definen el cumplimiento de la Función Económico Social de los latifundios. Saben que en las normas transitorias se ha incluido el respecto a los derechos adquiridos por las multinacionales de los hidrocarburos, inclusive el de seguir saboteando la producción de gas y combustibles, saliéndose del aprieto de los resultados de las auditorias que probaron el daño por más de 1000 millón de dólares que ellas provocaron al Estado. Saben todo esto pero temen, así declaran, que el MAS esté planificando “modificar las modificaciones” tanto con las sucesivas leyes y reglamentos que darán cumplimiento a la CPE, como en la futura Asamblea Plurinacional.
¿Qué es lo que en realidad teme la derecha? La burguesía sabe de perspectivas y sabe de lucha de clase. Lo que ellos temen, lo que ellos llaman MAS son la masa de trabajadores, campesinos, jóvenes y activistas revolucionarios que representan la base social y el único recurso verdadero de nuestro proceso de cambio, la amenaza indómita e invicta que en todos estos años ha desbaratado los planes golpistas y las ofensivas fascistas de la burguesía nacional y del imperialismo. Temen una victoria del SI construida sobre la base de la expectativa popular que desde el 26 de enero tendremos todos los derechos constitucionales a pan, trabajo digno y estable, salud, vivienda, educación, además de la inclusión y del control social, como establece la nueva CPE. Temen que esta victoria pueda envalentonar y alentar esta masa a presionar y exigir en definitiva que el proceso se encamine hacia su profundización individuando y removiendo los obstáculos al cumplimiento de las aspiraciones populares, que son justamente la propiedad privada de las riquezas y de los recursos del país. Por esto envenenan la campaña electoral con acusaciones al totalitarismo del MAS y tergiversan el contenido ideológico de la Carta Magna. Quieren reclutar la inestable clase media a la batalla contra el “peligro rojo”, quieren mantener vivos los focos de oposición consolidados sobre la base del consenso a la Autonomía, quieren reducir el impacto de la victoria para fortalecer dentro del MAS los sectores abiertos al dialogo y a la conciliación porque actúen como dique y traba interna al proceso.
De hecho nosotros no creemos que los dirigentes que ayer negociaron un acuerdo en el momento de mayor debilidad de la derecha y mayor fuerza del movimiento obrero popular sean los que, por iniciativa propia, puedan dar un viraje profundo hacia el socialismo y acepten modificar lo que ellos modificaron. Aun hoy mientras en el mundo fracasa el capitalismo y la crisis penetra en nuestra economía el Ministro de Hacienda sigue sembrando confianza en que la intervención estatal pueda salvar y desarrollar el capitalismo en Bolivia. Por otro lado escuchamos el Ministro Romero tranquilizar la grande propiedad inmobiliaria nacional, cuando en Bolivia tenemos 300.000 viviendas vacías por pura especulación empresarial y 200.000 hogares sin vivienda. El 15 de enero es el 90 aniversario del asesinato de la gran revolucionaria alemán Rosa Luxemburgo la cual decía justamente que quien se pronuncie a favor de una vía de reformas legales en lugar de y en contraposición a la conquista del poder político no elige en realidad un camino más lento y más tranquilo hacia el mismo objetivo, sino otro objetivo completamente diferente.
Nuestra confianza reside integralmente en el movimiento obrero, campesino, popular y en su fuerza. Combatimos a su lado esta batalla por el SI con lealtad, compromiso y hasta el último proyectándonos a la lucha para las futuras conquistas. Por esto pedimos al gobierno que deje de un lado la habladuría de la derecha y concentre la campaña electoral a convocar trabajadores, campesinos y demás sectores populares a luchar por sus derechos. Al mismo tiempo invitamos el MAS, las organizaciones de los trabajadores y campesinos a aprovechar de esta campaña para conformar Comités Populares por el SI que sienten la organización necesaria en función de la obligación de seguir peleando para la defensa, la consolidación y la profundización de nuestro proceso hacia el único éxito posible que marque y garantice la victoria final: el Socialismo.
Source: Corriente Marxista Internacional - El Militante Bolivia