El 1º de marzo de este año el Departamento de Estado de EEUU desclasificó el Volumen E-10 de los documentos relativos a la Relaciones Exteriores de EEUU 1968-1972. Aunque nunca fue misterio ahora hay pruebas que la supuesta acción revolucionaria nacionalista, como Banzer defino su golpe, fue digitada por EEUU que ya preparaban el golpe en Chile de unos años más tarde. Estos documentos desclasificado no son una sorpresa, sin embargo representan una prueba histórica importante de cómo operan el imperialismo y sus lacayos nacionales.
El contenido de los documentos
Este volumen (disponible en inglés en la página web del Office of the historian del Departamento de Estado de EEUU) contiene memorándum, transcripciones de conversaciones entre el entonces Secretario de Estado Henry Kissinger y el propio Presidente de EEUU Richard Nixon, telegramas e informes del entonces embajador de EEUU en Bolivia, Ernest Siracusa, sobre la situación en Bolivia a partir de la sucesión a Barrientos hasta el primer año sucesivo al golpe de Banzer. El general golpista fue individuado como el más confiable para el golpe, habiendo sido el mismo adiestrado en la Escuela de las América de Panamá y en la Escuela de Caballería Acorazada de Texas. Un resumen del contenido del volumen ha sido publicado por el periodista norteamericano Robert P. Baird y es disponible en inglés aquí y ha sido recientemente traducido al español en esta otra página. Más allá de los preparativos del golpe el volumen desclasificado ilumina todo el turbulento periodo revolucionario que se abrió en Bolivia tras la muerte de Barrientos, la sucesiva llegada al poder del Ovando, las preocupaciones y las intervenciones del imperialismo en la vida nacional.
De Barrientos a Ovando
El primer documento (n.77) es un memorándum de Kissinger al Presidente de EEUU en que se analiza la sucesión a Barrientos. Ovando es la figura que se considera podría sobresalir tomando en cuenta las debilidades del liderazgo de Siles Salinas, que Kissinger define miembro del Partido Social Demócrata, un pequeño partido del la clase media de negocios, un poco errático en su actitud hacia los EEUU. El panorama en las fuerzas armadas se considera tranquilo y unificado bajo el mando del Jefe pro EEUU Rogelio Miranda. La llegada al poder de Ovando es vista sin preocupaciones. Kissinger recuerda que el general Ovando ha estado en los EEUU como huésped del general Westmoreland, por lo cual concluye que no hay, por ahora, ninguna razón para suponer desordenes inmediatos o un cambio de política en el gobierno de Bolivia. La nacionalización de la Gulf en cambio desencadena una reacción amenazadora por parte del Departamento de Estado de EEUU. En un telegrama al embajador estadounidense a La Paz se le pide referir al gobierno Ovando que EEUU estarían dispuestos a acordar una participación adicional [para Bolivia] a los beneficios de la explotación del petróleo, pero si el gobierno insiste con la nacionalización deberá indemnizar congruamente a las empresas estadounidenses y definir su política hacia EEUU bajo el chantaje de la revisión y el retiro de cualquier programa de ayudas e inversiones en Bolivia.
La nacionalización de la Gulf
Ovando evidentemente vacila. En otro telegrama el embajador Siracusa refiere de un encuentro con Ovando en que el Presidente de Bolivia pide explicaciones sobre las denuncias de un preparativo de golpe armado por la Gulf la embajada y la CIA. A las tranquilizadoras declaraciones de Siracusa el general Ovando, que el propio embajador considera medio adormecido, afirma que investigará los medios de prensa que han lanzado este alarme. Sucesivamente el dialogo pasa al tema de la Gulf, el embajador refiere que los emisarios de la multinacional han considerado positivo el encuentro que han tenido con el gobierno boliviano para llegar a una transacción satisfactoria para ambas partes y para el gobierno de EEUU respeto a la nacionalización. Siracusa introduce también el tema de Marcelo Quiroga Santa Cruz, afirmando que a su parecer los emisarios de la Gulf han considerado positivo también el encuentro con el artífice del decreto nacionalizador. Sin embargo con actitud muy servil Ovando sonríe y da su versión de los hechos; los hombres de la Gulf estaban molestos con ver a Quiroga. Según el embajador Ovando está viendo de manera sospechosa el crecimiento de la popularidad de Marcelo Quiroga Santa Cruz, ha tratado sin éxito de llegar a algún acuerdo con él. Marcelo Quiroga Santa Cruz será sucesivamente alejado del gobierno, por los temores de Ovando hacia la popularidad creciente del socialista boliviano y por las presiones estadounidense que el embajador dejaba cuidadosamente entrever. Un sucesivo telegrama del embajador del 1970 informa al Departamento de Estado de las exitosas reuniones entre Ovando y los representantes de la Gulf. Siracusa afirma que Ovando ha entendido que Bolivia podrá ganar más si demuestra respeto a sus obligaciones internacionales, es decir si renuncia a su soberanía a favor de los intereses imperialistas. Sin embargo a pesar de todo el optimismo que transparenta de la comunicación del embajador, el mismo no puede evitar de referirse a la general turbulencia política que llevará de allí a unos meses a la experiencia de la Asamblea Popular.
El golpe de Banzer
Los documentos del 1971 expresan todas las preocupaciones de la administración estadounidense hacia el proceso que estaba viviendo Bolivia. En las transcripciones de las discusiones en el Departamento de Estado, las comunicaciones desde la embajada en La Paz, los informes de la C.I.A. se evalúan la “precipitación” de la situación en Bolivia que podría llevar a la formación de otra Cuba en América Latina. El 8 de julio de 1971 se reúne el Comité 40, un grupo dirigido por el mismo Kissinger que es responsable de operaciones encubiertas. La discusión es el preparativo del golpe. La CIA pide 410.000,00 dólares para pagar dos exponentes de alto nivel de la oposición para que apoyen políticamente el golpe. Es lícito suponer que se trate de Paz Estenssoro (MNR) y Mario Gutiérrez (FSB) siendo sus dos partidos – supuestamente nacionalistas – los únicos que apoyaron el golpe. En algunas intervenciones se expresa preocupación. Uno de los asistentes afirma que no hay un caballo sobre el que apostar. Otros consideran que se deba actuar con cuidado porque “podríamos acabar con un líder peor y más peligros que Torres”.
En el Departamento de Estado entendían que el problema no era Torres sino el movimiento obrero y popular que el mismo general se demostraba incapaz de controlar (desde el punto de vista imperialista). Torres estaba asustado e intentaba contener el ascenso revolucionario de las masas obreras y populares que se preparaban a la toma del poder. Por esto Siracusa en un primero momento pide esperar antes del golpe. Sin embargo consecuencia de las vacilaciones de Torres por un lado y del movimiento revolucionario por el otro la situación de doble poder estaba en un impasse que el imperialismo consideraba peligros. Por esto Torres “debía” ser derrocado. La definitiva decisión del golpe está en esta alucinante conversación entre Nixon (Presidente EEUU) y Kissinger
- Kissinger: Tenemos un problema mayor en Bolivia, también.
- Nixon: Así entiendo. Connally lo mencionó. ¿Qué quieres hacer al respecto?
- Kissinger: Le he dicho a [el Segundo Director de Planes de la CIA, Tomás] Karamessines que arranque una operación de inmediato. Hasta el embajador allí, quien ha estado algo flojo, dice ahora que debemos comenzar a jugar con los militares allí, o la cosa se va por el tragante.
- Nixon: Ajá.
- Kissinger: Debe entregarlo el lunes.
- Nixon: ¿Qué cree Karamessines que necesitamos? ¿Un golpe?
- Kissinger: Veremos que es posible, en el contexto que sea. Dentro de dos meses nos habrán echado a un lado. Ya se libraron del Cuerpo de Paz, que es un activo nuestro, pero ahora quieren botar a USIA y a la gente militar. Y no sé si podemos siquiera pensar en un golpe, pero tenemos que ver cómo luce el terreno por allá.
- Nixon: recuerda, ya dejamos que estos malditos bolivianos se lleven el estaño;
- Kissinger: bueno, podemos todavía recuperar esto…
- Nixon: recupéralo.
Tras el golpe el Departamento de Estado desmintió cualquier involucramiento de EEUU en el apoyo a Banzer, que en cambio recibió en los primeros años de gobierno algo como 50 millones de dólares en ayuda, más deudas que siguen pesando sobre la deuda exterior boliviana y aviones. En una última conversación telefónica Nixon, informado del éxito del golpe, preguntaba a Kissinger “¿y qué de Chile?”.
Lecciones de la historia
Como dijimos a un principio estos documentos desclasificados recientemente no representan una sorpresa en sí. Confirman cabalmente tesis históricas que hemos estado defendiendo también desde las páginas de nuestra revista: las vacilaciones de Ovando y el carácter incidentalmente o podríamos decir artificialmente antiimperialista del nacionalismo burgués y de los militares; el hecho que Torres no representaba un peligro entonces desde las organizaciones políticas revolucionarias no podía confiarse en la disponibilidad de Torres de armar el pueblo en contra de los golpistas, etc. Sin embargo estos documentos hablan al presente y nos sugieren una serie de preguntas a las cuales es urgente dar hoy respuesta
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Es evidente que la expulsión del embajador de EEUU fue absolutamente motivada, visto como opera el imperialismo. Sin embargo Kissinger habla también del papel del Cuerpo de Paz (un activo nuestro) y de otras organizaciones estadounidenses en Bolivia. En nuestro país sigue operando USAID que está llevando a cabo un proyecto con entidades públicas y organizaciones de la sociedad civil para fortalecer (¡!) la democracia (¡!), con cursillos a militantes de varias organizaciones. Sin hablar de las casi 100 ONGes extranjeras y de las demás bolivianas que reciben dinero del exterior. ¿Recuperar la soberanía no quiere decir liberarnos de la influencia nefasta de semejantes organizaciones que corrompen las organizaciones y la militancia velando por intereses ajenos?
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¿Por qué seguir reconociendo una deuda exterior contraída a partir de una dictadura organizada y financiada por los mismos acreedores de Bolivia?
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¿Qué confianza podemos tener en los militares que en Bolivia siguen cubriendo sus responsabilidades respecto al Octubre 2003? ¿No deberíamos comenzar a democratizar las FFAA como proponíamos en anteriores artículos?
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A pesar de los beneficios que ha generado es evidente y demostrado que el Decreto Héroes del Chaco que nacionalizaba el gas ha sido tergiversado con los petrocontratos. En uno de sus artículos el decreto establecía por ejemplo que YPFB se haga cargo de determinar volúmenes de producción y exportación con particular atención al mercado interno. Sin embargo no ocurre así. ¿Por qué? ¿Por qué fue alejado del gobierno el ministro Soliz Rada?
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¿Es “democracia” seguir permitiendo la existencia de formaciones políticas como MNR, FSB, ADN que complotaron con el imperialismo, recibieron plata del imperialismo para arrollar la lucha emancipadora de su mismo pueblo?
La lección que podemos sacar de la historia es que ninguna conquista, ningún avance podrán ser seriamente defendidos sin la previa expulsión de la burguesía nacional, del imperialismo y sus lacayos. Sin que nosotros estos malditos bolivianos nos hagamos con el control de las minas, las fábricas, los bancos, la tierra y todos nuestros recursos.
Source: El Militante (Bolivia)