La invasión perpetrada ayer (8/1) por grupos bolsonaristas en el Congreso Nacional, en el Palacio del Planalto y en el Tribunal Supremo, contra el resultado electoral y llamando a la intervención militar, debe ser repudiada y combatida enérgicamente por el movimiento obrero, popular y estudiantil.
No porque a la clase obrera le interese defender las instituciones del Estado burgués, sino porque el ataque a estas instituciones viene de la extrema derecha que quiere sustituirlas por algo aún peor. Estos ultraderechistas desmoralizados, escoria de la humanidad, actúan de forma aventurera, atacando y destruyendo propiedades. Estos métodos no tienen nada que ver con los métodos tradicionales de lucha de la clase obrera.
Evidentemente, la invasión de los edificios sólo fue posible gracias a la connivencia de las fuerzas represivas del Estado. La turba reaccionaria, que llegó en un centenar de autobuses a Brasilia, fue escoltada por la Policía Militar del Distrito Federal hasta la Praça dos Três Poderes. Los vídeos muestran la confraternización de la policía con los bolsonaristas y la pasividad ante la invasión y los estragos. Tales actos se habían convocado y organizado públicamente durante días. No se puede afirmar que les pillara por sorpresa. El comportamiento de la policía fue totalmente distinto del observado en las movilizaciones populares en la capital federal. En 2017, por quedarnos en un ejemplo reciente, la masiva movilización de trabajadores y jóvenes en Brasilia contra la contrarreforma laboral del gobierno de Temer, fue recibida en un clima de terror por una fuerte fuerza policial, con balas de goma y bombas de gas, incluso helicópteros sobrevolaron a los manifestantes apuntando con ametralladoras y lanzando bombas de gas.
La clase obrera no debe confiar en las fuerzas represivas para resolver la situación actual. Son instituciones del Estado burgués, que han facilitado el desarrollo y la acción de estos grupos golpistas de extrema derecha. La clase obrera y la juventud sólo pueden confiar en su propia fuerza, en su organización, unidad y movilización independiente.
El gobierno Lula-Alckmin, de unión nacional con la burguesía, tiende la mano para acoger en el gobierno a representantes de la derecha e incluso de la extrema derecha. El ministro de Defensa, José Múcio, que debería encabezar la defensa del gobierno frente a las acciones golpistas, calificó de "demostración de democracia" las acampadas bolsonaristas frente a los cuarteles pidiendo la intervención militar. No podía ser de otra manera: está afiliado al PTB, el partido de Roberto Jefferson y, cuando aceptó ser ministro de Lula, declaró públicamente que había votado a Bolsonaro. Otro ejemplo es la ministra de Turismo, Daniela Carneira, que tiene vínculos con la milicia de Río de Janeiro, al estar afiliada a União Brasil, ¡el partido del ex juez Sergio Moro [director de la farsa judicial contra Lula y ministro de justicia de Bolsonaro]! ¡Ese es el camino para la derrota de este gobierno! Lula debería aprovechar la oportunidad de este primer incidente y cambiar ya el rumbo del gobierno empezando por expulsar a los ministros bolsonaristas.
Es la movilización en los centros de trabajo, las escuelas, los barrios y las fábricas la que puede enterrar a la derecha golpista y abrir el camino a la realización de las reivindicaciones populares. Empezando por la derogación de todos los ataques a los derechos y conquistas de la clase trabajadora llevados a cabo por los gobiernos anteriores.
La CUT y las organizaciones sindicales y populares deben convocar y organizar movilizaciones para derrotar a la extrema derecha y enterrar políticamente a Bolsonaro y a los bolsonaristas. Estas organizaciones tienen la responsabilidad, por ejemplo, de organizar la resistencia contra los intentos de los bolsonaristas de invadir las refinerías de petróleo y contra los intentos de volver a bloquear las carreteras.
UNE, UBES, ANPG y el conjunto de entidades estudiantiles tienen el deber de organizar asambleas en las escuelas y universidades, movilizándose para la acción contra la derecha y en la lucha por las reivindicaciones de la juventud.
Es la movilización de un frente único del proletariado la que puede abrir el camino para las victorias de nuestra clase, para el avance de la lucha por el socialismo, derrotando a los que pretenden instaurar un régimen de terror en el país, defendiendo las libertades democráticas y los derechos de la juventud y de los trabajadores:
- ¡Averiguación y castigo de los organizadores y financiadores de las acciones golpistas en Brasilia! ¡Confiscación de los bienes y empresas de los financiadores!
- ¡Por el fin de la Policía Militar!
- ¡Unidad, organización y movilización independiente de la clase obrera! Derrota a la derecha golpista, ¡defiende las libertades democráticas!
- ¡Todos a las movilizaciones convocadas para hoy, 9 de enero, por el movimiento sindical y popular contra los ataques de la extrema derecha! ¡Participación en el acto del 11 de enero en Brasilia!
Comité Ejecutivo de la Esquerda Marxista, 9 de enero de 2023.