Esta resolución fue aprobada en el 2o Encuentro Latinoamericano de Empresas Recuperadas por los Trabajadores en Caracas del 25 al 27 de junio del 2009.
Desde el segundo encuentro de trabajadores de Empresas Recuperadas queremos dejar claro nuestro apoyo al movimiento revolucionario de las masas iraníes contra la República Islámica, y particularmente al movimiento de los trabajadores iraníes por sus derechos democráticos y reivindicaciones económicas, al mismo tiempo que rechazamos cualquier interferencia del imperialismo.
Las imágenes de la brutal represión contra los jóvenes y trabajadores iraníes, la evidencia de que en Irán un joven estudiante o un trabajador puede ir a la cárcel por el simple hecho de organizar una huelga, crear un sindicato o manifestarse contra los burócratas estatales y los empresarios, provocan un rechazo masivo contra el gobierno iraní entre jóvenes y trabajadores de todo el mundo. Diversos intelectuales contrarrevolucionarios y los medios de comunicación al servicio del imperialismo, conscientes de este rechazo, están intentando –con el cinismo y demagogia que les caracteriza- identificar a Venezuela con Irán y a un luchador antiimperialista honesto y revolucionario como el Presidente Chávez con Ahmadineyad. Desde este foro rechazamos estas acusaciones.
El gobierno de Ahmadineyad, aunque critica al imperialismo estadounidense intentando desviar la atención de las masas de los problemas internos, ni siquiera es coherente en su lucha contra ese enemigo al que critica. La intervención militar estadounidense contra Irak contó con la anuencia o, como mínimo, la pasividad del gobierno y la clase dominante iraní, que veían en el debilitamiento del régimen rival iraquí una oportunidad para afianzar su poder en la zona. El régimen iraní lejos de fomentar una lucha unitaria y revolucionaria por la liberación nacional del país vecino ha desempeñado un papel clave en frenar ésta y dividirla en líneas religiosas.
Al igual que en 1979, tratando de ganar el apoyo de las masas, Ahmadinejad ha usado un lenguaje anti-imperialista y a favor de los pobres. Pero veamos cuál es la situación real del pueblo iraní bajo su presidencia. En primer lugar, en Venezuela la revolución bolivariana ha dado lugar a una oleada de organización sindical y reivindicaciones de los trabajadores. El presidente Chávez ha llamado a los obreros a ocupar las fábricas abandonadas y a gestionarlas bajo control obrero. En Irán, los trabajadores no tienen derecho a organización ni a huelga y si desafían esas prohibiciones se enfrentan con la represión más brutal. En el caso de los trabajadores de los autobuses de Tehran, cuando 3000 de ellos intentaron organizar un sindicato la empresa respondió despidos masivos, ataques de la policía a los dirigentes sindicales, incluyendo el arresto del secretario general Ossalou, a quien matones policiales trataron de arrancar la lengua.
Cuando los activistas obreros de Sanandaj trataron de organizar una celebración del 1º de mayo en el 2007, la policía respondió con represión brutal. 11 de ellos fueron condenados a recibir 10 latigazos y a pagar una multa para ser liberados. Cuando unos 2,000 sindicalistas trataron de organizar una celebración del 1º de Mayo en Teheran este año 2009, la policía les reprimió brutalmente y 50 de ellos fueron detenidos (algunos continúan en la cárcel). A millones de trabajadores iraníes se les deben varios meses de salario. Si tratan de organizarse, son reprimidos por la policía.
Mientras que en Venezuela, la revolución bolivariana ha frenado el proceso de privatizaciones de las empresas públicas e incluso muchas empresas privatizadas han sido renacionalizadas, en Irán Ahmadinejad ha acelerado las privatizaciones de las empresas públicas (167 privatizaciones en 2007/08, y otras 230 en 2008/09), incluyendo la privatización de las telecomunicaciones, de la acería Isfahan Mobarakeh Steel, de la Petroquímica Isfahan Petrochemical Company, de la cementera Kurdistan Cement Company. En la lista de empresas a privatizar se incluyen la mayor petroquímica del país, todos los grandes bancos, empresas del gas, petróleo, seguros, etc.
Por todo ello hacemos un llamado a los trabajadores de toda America Latina a apoyar las acciones de solidaridad con los trabajadores y el pueblo Irani que se ha levantado contra el gobierno capitalista de Ahmadineyad, y ayudar a romper la confusion mediatica que se intenta crear respecto a este movimiento de lucha de las masas oprimidas y los trabajadores en Iran.
Caracas 27 de junio de 2009