El 11 de marzo de 2021, la Casa Museo León Trotsky celebró un evento en línea para celebrar el 95 cumpleaños de Esteban Volkov, nieto de León Trotsky y defensor de por vida de la verdad histórica de la vida y obra del gran revolucionario. Cientos de personas de todo el mundo siguieron el evento, que consistía en tres paneles diferentes con la participación de personas asociadas con Esteban Volkov y el Museo. Compañeros de la Corriente Marxista Internacional participaron de manera destacada.
Alan Woods (editor de marxist.com) y Serge Goulart (dirigente de la Esquerda Marxista) hablaron en el primero de los tres paneles de oradores, mientras que Jorge Martín (editor de América Socialista) y Ubaldo Oropeza (activista dirigente de nuestra organización mexicana, La Izquierda Socialista) actuaron como moderadores del segundo y tercer panel, respectivamente.
El conmovedor homenaje a Esteban Volkov destacó sus notables cualidades humanas; la importancia del legado de Trotsky y de los esfuerzos de Volkov para preservarlo; así como la necesidad de apoyar al museo como símbolo perdurable de este legado.
Celebrando una vida de lucha
Los ponentes aludieron a las numerosas tragedias que marcaron los primeros años de vida de Esteban Volkov, quien nació en Yalta, en la península de Crimea, y que vivió brevemente en el exilio en Austria y París antes de que sus abuelos consiguieron asegurar su llegada a Coyoacán, México. La casa en la que vivieron él y sus abuelos, funciona ininterrumpidamente desde 1990 como el museo Trotsky.
Volkov perdió a su madre, abuela, hermana, y tío a causa de la brutal persecución de los verdaderos defensores de la Revolución de Octubre por parte de la burocracia estalinista. La persecución de Stalin se extendió a las familias enteras de sus enemigos. Finalmente, llegó al propio Trotsky, después de dos intentos de asesinato, los cuales Volkov vivió personalmente.
Y, sin embargo, como señaló Woods:
[Volkov] ha sabido mantener un sentido de la vida optimista, un sentido de humor tremendo – eso es algo realmente admirable yo diría en cualquier ser humano – y eso quizá tiene su explicación. … Toda su vida ha sido entregada a una causa y eso es lo que mantiene a una persona sana, lo que mantiene la moral, la convicción de que hay algo más grande que yo y más grande que mis preocupaciones y tragedias personales.”
Como explicó Alan Woods, Stalin creía que, al enterrar a Trotsky, enterraría la mayor amenaza para él y la casta burocrática que representaba. En la persona de Trotsky estaban plasmadas las ideas, el método y las tradiciones genuinas de la revolución rusa, que la burocracia interesada había procedido a distorsionar más allá del reconocimiento. Pero lo que la burocracia estalinista no entendió es el poder de estas ideas, que perduran en el legado indestructible de la obra de Trotsky.
Los últimos 10 años de Trotsky, en particular, fueron críticos. Aquí estaba “un hombre enfrentado contra el aparato de asesinato más temible, más poderoso de la historia, la GPU de Stalin. Y no obstante, este hombre solo fue capaz de hacer algo que nadie más podía haber hecho, y es la gran tarea de defender la auténtica imagen y las auténticas ideas de la Revolución de Octubre y del bolchevismo”.
Es esta gran causa, de preservar el hilo de la continuidad histórica, de la verdad, desde Marx, Engels, Lenin y Trotsky, hasta la lucha de clases de hoy, a pesar de una atmósfera espesa de mentiras, que ha permitido a Esteban Volkov elevarse por encima de sus aplastantes tragedias personales.
La imagen de Volkov pintada por los diversos oradores reveló un ser humano alegre de inquebrantable humildad, sinceridad, y devoción por la defensa de la verdad histórica al servicio de la causa de la revolución socialista internacional. Y, como el mismo Volkov señaló, es solo esto lo que puede liberar a la humanidad de los interminables horrores del capitalismo.
Los ponentes relataron anécdotas memorables de sus encuentros y amistad con Volkov a lo largo de los años. La mayoría fueron en relación a su trabajo de preservar la memoria histórica de su abuelo; pero otros también hablaron de la distinguida carrera de Volkov como ingeniero químico, trabajando a la vanguardia del desarrollo de píldoras anticonceptivas, y de su gran talento como fotógrafo. De hecho, se anunció durante el evento que el laboratorio en el que trabajaba sería recreado como una exhibición en el propio museo, y que su colección de fotografías también se exhibirá pronto.
Volkov habló varias veces para expresar su alegría y gratitud por todos los mensajes que se compartieron en su honor. A los 95 años, mostró una lucidez y una energía extraordinaria.
Apoya la Casa Museo León Trotsky
A lo largo del evento, los moderadores y participantes hicieron hincapié en reconocer el papel de Gabriela Pérez Noriega, organizadora del evento y directora del museo, a quien Alan Woods le atribuyó el mérito de salvar el museo a través de un arduo trabajo. También enfatizó cuán urgentes son los desafíos que enfrenta actualmente el museo. Desde que comenzó la pandemia, sus puertas han permanecido cerradas, cortando sus principales fuentes de ingresos.
El museo depende de un importante apoyo financiero para su continua existencia. Como Alan nos recordó:
“La juventud de hoy no tiene muchos monumentos. He aquí un monumento de primer orden de importancia; más que un monumento, es un símbolo, y los símbolos, queridos amigos, son importantes. Los símbolos son importantes para la revolución socialista, y este museo es un recordatorio vivo, no muerto, de lo que era León Trotsky y la Revolución de Octubre".
Para preservar este importante monumento histórico y símbolo de la revolución socialista, se anima a los simpatizantes a contribuir y a visitar el sitio web del museo, así como su página de Facebook.
Las ideas defendidas por León Trotsky son de crucial importancia para las nuevas generaciones en este nuevo período de lucha de clases. El período en el que hemos entrado ha sido anunciado por inspiradores movimientos de masas insurreccionales que han estallado en todas partes del mundo en el último par de años. Aquí radica la motivación detrás de la lucha de toda la vida de Esteban Volkov para preservar estas ideas.
Para hacer cada vez más accesible el legado del bolchevismo, se anunció que el Museo Trotsky ha unido fuerzas con el Centro de Estudios Socialistas Carlos Marx, la editorial en español de la CMI, para poner a disposición gratuitamente todas las obras principales de León Trotsky.
Como dijo Alan:
“En estos libros vas a encontrar la única explicación de por qué cayó la URSS, la explicación de que lo que realmente fracasó en la URSS no fue el socialismo en ningún sentido entendido por Marx, Engels, Lenin, o Trotsky, si no lo que fracasó fue una caricatura burocrática y autoritaria.”
Como concluyó Alan: “El auténtico monumento de Trotsky no es algo de latón o de oro o de hormigón o mármol. Es el monumento indestructible de sus libros”, que contienen algo que nunca se puede asesinar, “una idea cuyo tiempo ha llegado, y estas ideas, queridos amigos, son las ideas geniales del marxismo. El trabajo de Esteban ha sido fundamental en este sentido”.
Esteban Volkov: Una vida dedicada a la lucha por la verdad histórica
Alan Woods
Noventa y cinco años. Parece mentira, la verdad. Parece mentira. Y yo la verdad, me cuesta pensar que fue hace más de treinta años que conocí a este gran hombre, gran amigo, gran camarada, un amigo muy querido mío. Esteban Volkov, nieto del gran revolucionario León Trotsky.
Y estaba pensando e intentando pensar, recordar mis primeras impresiones de este hombre. Yo no le conocía. No le había conocido antes. Y cuando yo le vi la primera vez que vine a México a finales de los años ochenta. Yo vi delante de mis ojos un hombre que francamente no esperaba. Vi un hombre, ya tenía sesenta y tantos años, pero un hombre jovial, alegre. Casi dispuesto con un chiste en los labios. Amante de la vida, de las mujeres, del amor. De la buena comida. Del vino. O mejor dicho, el tequila. O el mezcal quizás, hoy por hoy está más de moda, según me han dicho. Aunque es un poco caro, creo. Si un hombre así, muy lleno de vida. Viéndolo bien yo siempre me viene en mente una expresión, si voy a hacer un análisis breve del carácter del amigo Esteban, me vienen a la mente las palabras de un gran escritor romano, que fue muy querida por Marx, por cierto, esta expresión. Que dice lo siguiente: Soy un hombre y nada de lo humano me es ajeno. Nada humano me es ajeno. Eso es exactamente Esteban Volkov.
Pero aquí tenemos algo extraño, que me chocó, me sorprendió. Porque yo sabía algo de la vida de Esteban y de su familia. Un hombre que había pasado por tantas tragedias, terribles tragedias, inimaginables, tragedias. Y no obstante, ha sabido mantener un sentido de la vida optimista, un sentido del humor tremendo. Eso es algo realmente admirable, yo diría en cualquier ser humano. Y claro, eso quizás sea tiene su explicación, tiene su explicación. Pero antes de ir a la explicación que es mi opinión, voy a dar otra opinión. Porque, después de conocerle bastante bien a lo largo de los años, hemos conversado mucho, nos conocemos bastante bien los dos. Yo os tengo que decir una cosa que no suelo decir, nunca se lo he dicho a él. Lo voy a decir ahora. Detrás de esta alegría. Y optimismo y sentido del humor. Yo me percaté de algo más, en esos ojos azules. Vi algo muy profundo que nunca se expresó con palabras, pero estaba ahí, yo creo que estaba ahí. Un dolor muy profundo. Una tristeza muy tan profunda que no se expresa en la superficie y no es para menos.
El recuerdo tan tremendo de las víctimas. No solamente de su abuelo, que fue y es quizás el último testigo ocular de esos trágicos acontecimientos del 20 de agosto del año 40, sino de otros. Su tío, que mataron en París, León Sedov, el hijo de León Trotsky, su madre Zinaida que se suicidó. Su abuela Alexandra Sokolovskaia, que desaparece y muere en un campo de concentración. Su hermana, que desapareció. Cualquiera de esos golpes psicológicos traumáticos hubiera hundido a la mayoría de las personas, en mi opinión. Pero a Esteban no. Esteban supo superar todas estas cosas tan tremendas de una forma admirable. Realmente le admiro como hombre, como persona, le admiro, de todo corazón.
Aquí yo creo que no sólo se trata de una cuestión personal, sino de una cuestión también política. Aunque es verdad lo que ha dicho, de que formalmente nunca militó en ninguna organización, que yo sepa, él me puede corregir, pero creo que no. Y no obstante, si ha militado, si ha luchado toda su vida, toda su vida ha sido entregada a una causa. Y eso es lo que mantiene una persona sana, lo que mantiene la moral. La convicción de que hay algo más grande que yo y más grande que mis preocupaciones y tragedias personales. Una causa más grande. Y realmente, para decir la verdad, yo creo que no es ninguna exageración, que toda la vida, cada minuto, todas las horas de la vida de Esteban Volkov ha sido entregada totalmente hasta causa.
Que él lo llama y voy a utilizar sus palabras, la lucha por la verdad histórica. Sí, señor. La lucha por la verdad es algo que viene a significar en este contexto, la lucha por la memoria auténtica del auténtico bolchevismo. Del bolchevismo- leninismo, de las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky, por supuesto. Y ha hecho un gran trabajo en este sentido, un trabajo con mucho éxito. Es verdad. Y un elemento central, por supuesto, en esta lucha, ha sido el edificio donde él quizás está en estos momentos. Gabriela, por cierto, tenemos que también agradecer de todo corazón el trabajo incansable de esta mujer, de Gabriela, que ha salvado, en mi opinión, salvado el Museo. Sí señor, yo creo que Esteban me daría la razón, por su magnífico trabajo que ha hecho y sigue haciendo y merece nuestro más firme apoyo. Pero la Casa, lo que se llama la Casa Museo León Trotsky es central. Y no es cualquier cosa, porque cuando hablamos de un museo tenemos una idea muy determinada en las cabezas. No es así. Cuando pensamos en un museo pensamos en un sitio un poco aburrido, quizás, o salas llenas de objetos muertos y estanterías polvorientas y lo demás y fósiles muertos y cosas por el estilo. Pues bien, el Museo Casa León Trotsky no es un museo como estos.
Es algo muy importante. Realmente es un lugar de una gran importancia histórica. Un monumento. Que no hay muchos. Después de todos los crímenes del estalinismo, después del colapso de la URSS, después de la contraofensiva brutal del capitalismo contra cualquier cosa que huela a socialismo, comunismo, marxismo. No tenemos muchos monumentos. La juventud de hoy no tiene muchos monumentos. He aquí un monumento de primer orden de importancia. Más que un monumento es un símbolo y los símbolos, queridos amigos, son importantes, ¿no? Los símbolos son importantes para la revolución socialista. Y este museo es un recordatorio vivo, no muerto, de lo que era León Trotsky y la Revolución de Octubre. Yo espero mucho que mi amigo Leonardo Padura venga hoy si es posible, pero en mi opinión su gran libro, su novela "El hombre que amaba los perros". Que, en mi opinión, si alguien quiere saber lo que fueron estos años y lo que fue realmente la vida de Trotsky, no podría hacer mejor cosa que leer este libro. Mucho mejor que muchos otros libros que están por ahí, que tienen mucha fama, como los libros de Isaac Deutshcer que particularmente no me gustan absolutamente nada. Y realmente os voy a decir por qué. Francamente, vamos a ver, la vida de Trotsky es una vida repleta de aventuras, de grandes logros. La Revolución Rusa, el Ejército Rojo y un largo etcétera el soviet de San Petersburgo, etcétera.
Sí, señor, más llena de cosas que cualquier otra vida, de diez o cien personas. Sí, señor. Y no obstante, los últimos diez años de su vida son representados por un filisteo, yo lo llamo así, como Isaac Deutscher, un escritor superficial y filisteo. Él y otros muchos más ven los últimos años en comparación, como un período sin interés, poco más o menos. Un período estéril donde Trotsky no consigue nada. Pues nada, nada más lejos de la verdad. Al contrario, amigos míos, el mismo Trotsky lo dice en su diario del exilio, se llama, que realmente estos años fueron los más importantes de su vida.
¿Porqué? Un año que se queda reducido, prácticamente, a un solo hombre. Fíjate tú. Un hombre contra el mundo entero, un hombre enfrentado con el aparato de asesinato más temible, más poderoso, quizás en toda la historia. La GPU de Stalin. Un solo hombre y no obstante, este hombre, sólo, fue capaz de hacer algo que nadie más podía haber hecho. Y es la gran tarea de defender la auténtica imagen y las auténticas ideas de la Revolución de Octubre y del bolchevismo y las ideas del marxismo leninismo, ni más ni menos. Grande. Y el auténtico monumento de Trotsky, auténtico monumento no es algo de latón, o de oro, o de hormigón o de mármol. No, no, no, no, no, no. Es el monumento indestructible de sus libros, la Revolución traicionada, la Historia de la Revolución Rusa. En defensa del marxismo.
Yo diría, sobretodo, en mi opinión, es mi humilde opinión, su último libro. Y fue Esteban Volkov, que francamente me hizo la vida imposible. Me presionó duramente durante años para una cosa, para terminar esta gran obra que Trotsky dejó sin completar. Había un montón de cosas que fueron excluidos de la primera edición del Charles Malamuth. Y finalmente eso sí, hace un par de años. Esteban Volkov yo te puedo decir. Me llenó el corazón de alegría al verlo, el hombre estaba como un pequeño niño que había llegado Navidades con sus regalos. Claro, él dio una enorme importancia a este libro y qué duda cabe que tiene razón, porque en estos libros y sobre todo, Stalin en mi opinión. Vas a encontrar la única explicación de por qué cayó la URSS. La explicación de qué es lo que realmente fracasó en la URSS no fue al socialismo en ningún sentido entendido por Marx o Engels, en Lenin o Trotsky, sino en todo caso una caricatura totalitaria y burocrática de la revolución. Eso sí fracasó. Y hoy, claro, Trotsky sólo, Claro tenía colaboradores que Stalin fue asesinando uno tras otro, miembros de su familia. La familia de Esteban Volkov. Asesinados sin contemplaciones, uno tras otro.
Y, no obstante, a pesar de todas esas presiones, este hombre seguía en la batalla hasta el final. Hasta que finalmente cayó víctima. Aquel triste día. El 20 de agosto del 40, ante un matón estalinista, cobarde traidor, Ramón Mercader. Jacson se hizo llamar. Como Esteban Volkov muchas veces me ha contado, nos ha contado todos sus experiencias. El último testigo ocular de esta tragedia. Y claro, cuando Stalin se enteró del asesinatos de Trotsky, indudablemente él sacaría una botella de champán o vodka. Estaría muy contento de saber que finalmente su enemigo más temido estaba liquidado. Pero lo que no entendió nunca José Stalin, nunca entendió una cosa fundamental que nosotros sí entendemos. El poder de las ideas. Amigos y camaradas, el poder de las ideas, nunca lo entendió.
Claro, matar a un ser humano no es tan difícil. Al fin y al cabo, matas a un hombre o una mujer con un cuchillo, con una navaja, con una pistola, con una bomba o con un piolet que más da. Somos animales muy frágiles en ese sentido. Sí, pero lo que no se puede asesinar es una idea cuyo tiempo ha llegado. Y estas idea, queridos amigos, son las ideas geniales del marxismo. Y entonces el trabajo de Esteban ha sido fundamental en este sentido. En algún momento me dijo, hace algunos años, estaba comentando a Esteban, una conversación que tuvo Trotsky con el escritor francés Malraux.
Y en esto dice que realmente, si un hombre ha cumplido con su deber en esta vida, ha hecho todo lo que ha podido por la causa, entonces podría morir feliz. Y Trotsky, en ese sentido, murió feliz. Dice siempre Esteban: mi abuelo no es un hombre que jamás moriría tranquilo, en la cama, de vejez. No, no, no. Era un guerrero revolucionario y estaba destinado a morir como un guerrero. Como un soldado de la revolución, en la trinchera de la lucha de clases. Así fue, así fue. Dejando atrás un mártir de la causa de nuestra causa. Y dejando atrás todo este tesoro de los libros. Entonces yo tengo que terminar no por falta de ganas, sino por falta de tiempo. En otro momento podemos quizás expandir estas ideas que he expresado aquí. Pero antes de dejaros, querría aquí citar las palabras de una cosa que dijo Esteban, si las encuentro.
Sí hay una pregunta que sin duda, después de tantos años, después del colapso de la URSS y lo demás. Hay una cuestión que surge en la mente de alguna gente y es ¿acaso realmente mereció todo esto la pena? Buena pregunta. Y merece una buena respuesta. La lucha por el socialismo, la muerte de Trotsky, el sacrificio que hizo, el sacrificio que hizo Esteban Volkov y toda su familia ¿ha merecido realmente todo esto la pena?.
¿Ha servido para algo? Y Esteban contestó de una forma bastante brillante. Y voy a citar con permiso, un par de minutos. Sus palabras. Fue un discurso que yo estaba presente en Barcelona hace algunos años, cuando habló del tema y dijo lo siguiente, Esteban Volkov.
“No soy un experto en religión, pero sí creo que contienen una gran verdad. La existencia del infierno, el único pequeño error que cometen es en su ubicación. Porque no es clandestino sino aquí, en la superficie de la Tierra, debajo del dominio del imperio de la producción y del capital privado. En este infierno, las tres cuartas de la humanidad, tal vez más, viven. Y todos estos avances tecnológicos, científicos realizados, se utilizan para explotar a los trabajadores y los recursos naturales de manera más eficiente. Y la gran elección es para la población del mundo. Es entre la muerte por hambre o la muerte por bombas.”
Eso es el tema. Ese es el gran reto ante la humanidad, hoy por hoy, la gran pregunta. Y otra vez. Voy a permitirme el lujo de citar a Trotsky. En sus últimos escritos, cuando habla, habla del socialismo y la necesidad de luchar.
Dice que yo muero, yo voy a morir siendo un un ateo convencido, un comunista convencido, un hombre convencido del triunfo final del socialismo.
Y finalmente dice lo siguiente. Son falta palabras que nos tienen que inspirar en este momento: “Durante 43 años de mi vida consciente, he sido un revolucionario. Durante cuarenta y dos de ellos he luchado bajo la bandera del marxismo. Si tuviera que empezar de nuevo, por supuesto trataría de evitar este o aquel error. Pero el curso principal de mi vida no cambiaría. El curso principal de mi vida, no lo cambiaría. Moriré como revolucionario proletario, marxista, materialista dialéctico y, en consecuencia, ateo irreconciliable. Mi fe en el futuro comunista de la humanidad no es menos ardiente. Es más firme hoy que en los días de mi juventud.” Y sigue. “Natasha acaba de acercarse a la ventana desde el patio y la abrió más para que el aire pueda entrar más libremente en mi habitación. Puedo ver la franja de hierba verde brillante debajo de la pared y el cielo azul claro sobre la pared y la luz del sol por todas partes. La vida es hermosa. Que las generaciones futuras la limpien de todo mal, opresión y violencia. Y la disfruten plenamente.”
Querido Esteban, en este día tan importante: que vivas muchos años más.