El pasado sábado 4 de febrero se conmemoró el séptimo aniversario de la Revolución Bolivariana y el 14 aniversario del golpe que el 4 de febrero de 1992 encabezó el entonces Teniente Coronel Hugo Chávez Frías contra el gobierno asesino y corrupto de Carlos Andrés Pérez , la IV república y el pacto de Punto Fijo.
En el marco de esta celebración tuvo lugar una multitudinaria marcha que cubrió los 12 kilómetros que separan la Cota Mil, en el este de Caracas, hasta la Avenida Bolívar. Centenares de miles de personas, provenientes de toda Venezuela marcharon en un ambiente de entusiasmo y alegría revolucionaria. En la marcha era fácil ver familias enteras con sus hijos pequeños, multitud de jóvenes con sus franelas y gorras rojas y pancartas a favor del socialismo en Venezuela. Las franelas que más éxito tenían llevaban inscrito el lema “Rumbo a 10 millones”, la meta que el Presidente Chávez ha puesto como objetivo de cara a las elecciones presidenciales del 3 de diciembre. Todos fusionados en una marea roja que acompañada con la música del cantor revolucionario Ali Primera desbordaba sentimiento de fuerza y optimismo. Al grito de ¡Viva Chávez! y ¡Uh!, ¡Ah!, ¡Chávez no se va!, el pueblo venezolano volvía a la calle de nuevo para celebrar el aniversario de la Revolución, para defenderla frente a la contrarrevolución y la agresión imperialista mostrando como las masas mantienen fresco su ánimo combatiente.
Esta marcha es la mejor respuesta al recrudecimiento de la campaña del imperialismo norteamericano contra la Revolución Bolivariana. La expulsión de la diplomática venezolana Jenny Figueredo el viernes 3 de febrero como respuesta a la expulsión del agregado naval de la embajada norteamericana acusado de espionaje John Correa ha sido la ultima expresión de la agresión del imperialismo. Correa estaba reclutando y obteniendo información secreta de oficiales de la armada Venezolana y conspirando contra el Gobierno del Presidente Chávez.
Tras la expulsión de Correa, la respuesta de la camarilla reaccionaria que gobierna desde Washington no se hizo esperar. El secretario de defensa norteamericano Rumsfeld comparó al presidente Chávez con Hitler. Otros altos funcionarios de la administración norteamericana siguieron la misma línea tratando de criminalizar al gobierno venezolano.
La marcha que empezó a las 9 de la mañana y finalizó como afirmamos arriba terminó en la Avenida Bolívar. Una expresión clara del tremendo éxito de esta marcha es que a las 4 de la tarde con la Avenida Bolívar ya repleta aún salían personas desde la Cota mil.
La prensa internacional ha intentado rebajar su éxito. Por ejemplo el diario español “El País”, conocido por apoyar el golpe de estado de abril de 2002 y su actitud hostil contra la Revolución Bolivariana en su edición del domingo 5 de febrero señalaba que “decenas de miles” de personas asistieron a la marcha bolivariana, mientras “miles” asistían a la marcha de la oposición. “El País” de nuevo manipula. La marcha opositora fue minúscula en comparación con la revolucionaria. Efectivamente fueron 2 o 3000 personas frente a los centenares de miles de la bolivariana.
Al final de la marcha el Presidente Chávez se dirigió a los asistentes. En su discurso de cuatro horas denunció la táctica del imperialismo estadounidense para impedir su reelección, en el sentido de incidir en la idea del desgaste de su gestión al frente del país. Llamó a estar alerta de cara a que no dejarse utilizar por la campaña que desde los medios de comunicación se iba a llevar este año para impedir su reelección. Llamó así mismo volver a luchar combatir la burocracia, la ineficacia y la corrupción.
Amenazó al imperialismo norteamericano que si intentaran atacar a Venezuela “les haría morder el polvo” y cerraría las refinerías venezolanas que están en suelo norteamericano. “Si el Gobierno de Estados Unidos quiere romper relaciones, allá ellos. A mí no me cuesta nada cerrar las refinerías. Ya veríamos a qué precios llegaría el petróleo. No queremos llegar a eso, queremos que nos dejen en paz. Que el imperialismo acepte la verdad de que Venezuela no será colonia de Estados Unidos. Nos mandamos nosotros”.
Al mismo tiempo propuso acelerar la formación de la reserva militar para defender mejor al país y resaltó que la compra de 100.000 fusiles era insuficiente frente a la amenaza del imperialismo norteamericano y planteo una iniciativa en el Asamblea Nacional para comprar más armamento y entregárselo al pueblo. “Porque los gringos quieren que estemos desarmados. ¡Pues no! Voy a acelerar la integración de la reserva nacional y la guardia territorial, nos hacen falta un número mayor de fusiles. Venezuela necesita tener un millón de hombres y mujeres bien equipados”.
Para hacer frente a estas elecciones presidenciales de diciembre y obtener el objetivo de 10 millones de votos, llamó a una batalla de Santa Inés 2.Para ello hizo un llamamiento a la base del movimiento bolivariano a volver a organizar las UBE´s (Unidades de Batalla Electoral) tal como se hizo durante el referéndum revocatorio de agosto de 2004.
Esta marcha es un nuevo punto de inflexión en la Revolución; pone de manifiesto la enormemente favorable correlación de fuerzas a favor de las masas para la trasformación socialista de la sociedad, su nivel de conciencia y su vigilancia revolucionaria. Este año va a ser decisivo: sólo a través de la organización y movilización de la clase trabajadora, los sectores populares, los campesinos y la juventud se podrá garantizar la reelección del Presidente Chávez.
El movimiento bolivariano debe aprovechar la organización de la población en las UBE´s no tan sólo para garantizar la victoria del Presidente sino para terminar con el capitalismo en Venezuela. Para ello se debe impulsar desde la base la expropiación de las palancas fundamentales de la economía (Banca, industria y tierras) poniéndolas bajo el control de los trabajadores y las comunidades, con el fin de quitarle el músculo económico a la contrarrevolución y al imperialismo y luchar contra el sabotaje económico capitalista que aumentará este año electoral. Al mismo tiempo esto sólo será posible si el aparato del estado burgués de la IV republica que subsiste en la V y que es el principal foco de corrupción y burocratismo desaparece y es sustituido por un estado basado en asambleas de base con delegado elegibles y revocables, coordinadas a lo largo y ancho del país. Es decir sólo completando la revolución en el socialismo podrá defenderse la revolución de las conjuras del imperialismo y garantizar la victoria abrumadora del Presidente Chávez el próximo 3 de diciembre.