El 7 de marzo, el director de FFS-Cargo, la parte estatal del servicio ferroviario suizo dedicado al transporte de mercancías, anunció una reestructuración importante que implicaba el cierre de los talleres de mantenimiento de Bellinzona. Inmediatamente, los 420 trabajadores de la empresa fueron a la huelga y ocuparon los talleres. Desde entonces la movilización se ha extendido hasta alcanzar a toda la población de Ticino en un maravilloso despliegue de solidaridad de la clase obrera.
El artículo que más abajo reproducimos está escrito por nuestros compañeros suizos de Der Funke, en él explican muy bien las razones del cierre de la planta. Los talleres de Bellinzona son rentables y, al mismo tiempo, FFS-Cargo ha contraído una deuda de 190 millones de francos suizos. Y, por supuesto, según la lógica del capitalismo, los que deben pagar la crisis son los trabajadores y no los administradores.
Los trabajadores de Bellinzona rechazaron el plan y durante el mes de ocupación la lucha creció en fuerza e intensidad. En la primera manifestación del 8 de marzo participaron 8.000 personas. El 19 de marzo, seis mil trabajadores y sus familias protestaron por las calles de la capital, Berna. Después, el domingo 30 de marzo, doce mil personas se manifestaron en Bellinzona, es la mayor manifestación de la historia de Ticino.
Desde el principio, los trabajadores estaban preparados para una lucha larga. Soldaron los trenes en los talleres para que no pudieran salir. Se eligió un comité de huelga y se encargó de organizar la lucha y negociar con la dirección, mientras que las decisiones se tomaban de manera colectiva por los trabajadores en asambleas masivas.
Se formaron comités de solidaridad en cada ciudad y fábrica de la región. La cantidad total de dinero recogido por los trabajadores en huelga superó el millón de francos (más de 600.000 euros).
Cuando alguien llegaba a esta ciudad con menos de 20.000 habitantes era fácil contagiarse del electrizante ambiente que existía durante la huelga. De la mayoría de los balcones y ventanas se podían ver cientos de banderas rojas con la consigna: "Las manos fuera de los talleres". En cada esquina había trabajadores recogiendo dinero y firmas. En los bares había menús baratos para los cientos de personas que participaban en la lucha.
La clase obrera se ha convertido en la protagonista principal de la escena política de toda la región. Se han mantenido discusiones en asambleas de masas de trabajadores que revelaban el avance en el nivel de conciencia. Incluso planteaban consignas relacionadas con el futuro de la planta.
Estaban decididos a que los talleres siguieran formando parte de los ferrocarriles estatales, pero también contemplaban la posibilidad de que la administración no cambiara de idea. Así que lanzaron la idea de crear una zona tecnológica-industrial como parte del sistema de transporte público. Esta propuesta incluía la expropiación de los talleres por el gobierno del cantón de Ticino. Bajo la presión de las masas, varios parlamentarios regionales aceptaron públicamente esta idea. Rápidamente, en el espacio de 24 horas, esta reivindicación fue asumida por miles de personas. Se redactó incluso un "borrador de ley popular" firmado por cinco mil personas.
Frente a esta determinación de los trabajadores y con el riesgo de que la lucha se extendiera a otras zonas de Suiza (el 10 de abril estaba programada una manifestación en Freigurgo), el responsable de Departamento Federal de Transporte (similar a un ministro), Moritz Leuenberger, se hizo cargo personalmente de la negociación y el 5 de abril retiró el plan de reducción de empleos propuesto por FFS-Cargo.
"Hemos ganado una batalla, ahora tenemos que ganar la guerra", dijo Gianni Frizo, presidente del comité de huelga. Ahora el debate está en el futuro de los talleres, pero está claro que los trabajadores se sentarán en la próxima ronda de negociaciones con una posición de fuerza.
Los trabajadores han derrotado a los empresarios, mostrando que cuando la clase obrera se mueve no hay fuerza sobre el planeta capaz de detenerla. El efecto de su lucha combativa ha sido un giro a la izquierda de los dirigentes sindicales y también ha hecho que se produzcan grandes divisiones dentro de la dirección del Partido Socialista. Debemos recordar que al principio Leuenberger condenó la huelga como un error y dijo que no aceptará negociar los despidos.
La lucha contra todos los tipos de privatización y por la introducción del control obrero en las empresas estatales se ha fortalecido con el éxito de esta huelga. Los trabajadores de toda Europa tenemos mucho que aprender de los trabajadores del cantón de Ticino.
Suiza: La manos fuera de los talleres FFS de Bellinzona
Der Funke- Suiza
Hace más de dos semanas que comenzó la huelga en los talleres de mantenimiento de FFS-Cargo en Bellinzona [conocida como SBB-Cargo en alemán]. La reivindicación de los huelguistas es clara: la dirección de retirar sus planes de reducir empleos. Estos trabajadores cuentan con el apoyo de la mayoría de la población de este cantón de habla italiana. Los trabajadores, el gobierno cantonal e incluso el obispo de Ticino, han salido en apoyo de los huelguistas. Esta huelga ha provocado un movimiento más amplio y afectará durante años a la conciencia de los trabajadores de Ticino. Este es el primer análisis de esta lucha industrial por parte de la corriente marxista suiza Der Funke.
FFS-Cargo
FFS (Ferrocarriles Suizos) es propiedad estatal desde su creación en 1902. Hasta 1998 FFS formalmente era parte del gobierno federal, pero después se transformó en una sociedad limitada y el gobierno controlaba todas las acciones (era un paso claro hacia su privatización). Se dividió además en tres partes: transporte de pasajeros, transporte de mercancías e infraestructura. Desde entonces, la división de cargo ha sido conocida como FFS-Cargo y, según las cifras oficiales de la empresa, lleva un año generando pérdidas. Estas cifras no dan una idea clara de dónde vienen las pérdidas y los beneficios. FFS-Cargo es líder de mercado en Suiza y su sede está en Basilea, donde está el director Nicolás Perrin. Emplea a 4.400 trabajadores y sus operaciones durante el año 2007 son impresionantes: 56 millones de toneladas transportadas y un ritmo de operaciones equivalente a 12.350 millones de kilómetros por tonelada. (Fuente FFS-Cargo).
En abril del año pasado la dirección consiguió despedir a 50 trabajadores, a cambio de prometer una inversión de 30 millones de francos suizos. Ahora han salido con un nuevo "plan de reestructuración" que ha sido como una bofetada para los trabajadores y que incluye más despidos.
La plante de Bellinzona
Bellinzona comenzó a desarrollarse de una pequeña ciudad a un centro industrial cuando se abrió la ruta ferroviaria hacia Italia. Los talleres de mantenimiento de FFS se construyeron en 1884 y al principio empleaban a 140 trabajadores. Creció rápidamente y se convirtió en uno de los centros más importantes de reparaciones de FFS, en 1909 tenía 757 trabajadores. Desde el principio estos trabajadores se convirtieron en la fuerza motriz del movimiento obrero en Ticino y también en algo fundamental para la creación de los primeros sindicatos en este cantón.
Hoy emplea ha 430 trabajadores en los talleres, pero la dirección planea despedir a 126. La mayoría están organizados en el SEV (Sindicato de Trabajadores del Transporte), mientras que otros son del UNIA (un sindicato activo en el sector servicios) y en Transfair (un pequeño sindicato católico). El sindicato principal en este conflicto es el UNIA porque cuenta con más experiencia y recursos. Además, el UNIA no está atado por ningún "pacto social" ya que no ha participado en las negociaciones del último acuerdo de negociación colectiva.
Nuevas recortes
El "plan de reestructuración· de FFS incluye la eliminación de 300 empleos, 51 en el centro de llamadas de Freiburgo y otros 114 más se transferirían de Freiburgo a Basilea. En los talleres de Bellinzona, responsables del mantenimiento de las locomotoras, se reducirían 126 empleos, otros 18 se trasladarían a Chiasso y otros 10 a Yverdon. Los talleres de Biel/Bienn también sufrirían una reestructuración, con 46 empleos trasladados a Yberdon y Olten.
Cuando llegaron las noticias de este plan a principios de marzo, los primero que hicieron los trabajadores de Bellinzona fue convocar una manifestación y después se fueron a la sede de FFS en Berna para manifestarse otra vez. Contaron con el apoyo del UNIA que inmediatamente publicó una nota de prensa donde expresaba su apoyo a los trabajadores.
La respuesta inmediata fue la huelga
El 6 de marzo los trabajadores decidieron en asamblea dejar de trabajar. Exigían información detallada de las propuestas de la dirección porque hasta ese momento sólo eran un rumor. La huelga formal comenzó al día siguiente. La mañana del 7 de marzo se organizó una asamblea en Bellinzona, donde el director de FFS-Cargo, Nicolás Ferrin, no pudo dar un informe detallado del "plan de reestructuración" porque los trabajadores no le dejaron hablar, le dejaron claro que sólo estaban interesados en saber si los rumores de despidos eran verdaderos o falsos. Al final Perrin tuvo que reconocer que eran verdad. Los trabajadores inmediatamente se pusieron en pie y dejaron sólo a Perrin en la sala. Las caras de los trabajadores expresaban su furia. De ahí surgió una consigna clara: "Las manos fuera de los talleres de FFS en Bellinzona".
Los trabajadores decidieron ir a la huelga (este artículo está escrito el 18 de marzo cuando todavía no había terminado la huelga). Se prepararon para una lucha larga y encarnizada, hicieron planes para formar piquetes y ocupar los talleres. Soldaron los vagones de los trenes para que no pudiesen salir ni entrar. La presión aumentó con la amenaza de bloquear el túnel de Gotthard, habría paralizado todo el tráfico de la Semana Santa entre Ticino e Italia. La fuerza negociadora de estos trabajadores se magnificaba por el hecho de que los talleres de Bellinzona son los únicos en toda Suiza que producen frenos especiales para los trenes de cargo. Según el sindicato, FFS sufriría la pérdida de suministro de estos frenos y por tanto no podría poner en circulación sus trenes de carga. Las noticias de televisión del 14 de marzo anunciaban que diez trenes de carga habían tenido que ser retirados de la circulación.
Cronología de los acontecimientos posteriores
El 8 de marzo se celebró una manifestación en Bellinzona con 8.000 trabajadores. El 12 de marzo se celebró una reunión entre los representantes del gobierno local de Ticino y algunos parlamentarios nacionales, Moritz Leuenberger y la dirección de FFS. El resultado de esta "mesa negociadora" fue una oferta de FFS para suspender durante dos meses los despidos si los trabajadores paraban la huelga. Por la tarde se reunió el comité de huelga y decidió rechazar esta oferta, al día siguiente, 13 de marzo, aprobaron seguir con la huelga.
La oferta de FFS fue rechazada por los trabajadores por unanimidad. Decidieron que en la medida que FFS no explicaba claramente sus planes ni su estrategia para los próximos años, ellos no comenzarían ninguna negociación y continuarían con la huelga.
El 14 de marzo el SEV dejó claro que FFS debía retirar su plan de reducción de empleo y dijo que era una "cuestión de principios".
Oleada masiva de solidaridad
La acción de solidaridad es un arma en manos de los trabajadores, y se ha podido ver en los acontecimientos de Ticino en este período. Se extendió una enorme oleada de solidaridad a través de todo el cantón. Se crearon comités de apoyo en distintas ciudades, se recogía dinero en las calles, en los partidos de hockey, en los de fútbol, en las fábricas. Miles han firmado una resolución de apoyo a la huelga. La ciudad de Bellinzona y el cantón de Ticino han estado sólidamente detrás de los huelguistas y expresado en público su solidaridad. Algunos políticos exigieron el corte de suministro eléctrico a FFS. Tres ex parlamentarios donaron 30.000 francos suizos dos días antes del inicio de la huelga. La ciudad de Bellinzona donó 100.000 francos suizos después del comienzo de la huelga. La población de Bellinzona proporcionó comida a los huelguistas. Incluso el obispo de Ticino visitó a los trabajadores para expresar su solidaridad. Incluso dio sus bendiciones y pidió a los trabajadores que se mantuvieran firmes. Ofreció recoger donativos para los huelguistas en cada iglesia y celebrar una misa de Semana Santa en la fábrica. Toda la población estuvo firme detrás de los trabajadores durante la lucha. El dirigente de los trabajadores, Gianni Frizzo dijo: "Llevamos días luchando, estamos luchando para ganar la guerra y no sólo la batalla". (TV-news. 13/3/08).
Características especiales de Ticino
Ticino es la parte de habla italiana de Suiza. La población de Ticino también está separada geográficamente del resto de Suiza por los Alpes y sobre todo por el inmenso Gotthard. Hay un dicho que dice que uno se debe mantener alejado de los "abogados de Berna", un habitante de Ticino se considera primero y ante todo "ticinés" y sólo después suizo. Este grado de regionalismo está aún más acentuado que en Jura o Oberwallis.
Sin emabrgo, la población de Ticino no sólo está separada por el lenguaje y la geografía del resto de Suiza, también lo está por el nivel de renta, que es un 13,65 por ciento inferior al resto del país. Un trabajador en Suiza gana de media unos 5.674 francos suizos pero en Ticino ganan 4.899 francos (Fuente: Schweizarische Lohnstrukurerhegung 2006). Además, Ticino cuenta con el mayor número de empleos perdidos y cierres de empresas estatales. FFS, el servicio postal y Swisscom redujeron unos 2.000 de sus 6.300 trabajadores en el cantón entre 1991 y 2004.
Los talleres de FFS son considerados como el corazón industrial de Bellinzona. La construcción del ferrocarril de Gotthard hace 125 años provocó el auge de esta zona. Casi todos en Bellinzona tienen a un miembro de la familia trabajando en FFS, lo que convierte el conflicto en algo personal para todos. Los últimos recortes de empleo en los talleres de FFS-Cargo no fueron vistos inmediatamente como un ataque del capital contra los trabajadores, sino que fueron percibidos como un ataque de Suiza contra Ticino.
Otra razón de este elevado espíritu de lucha es que la tradición de combatividad industrial está más arraigada en Ticino que en la parte de habla alemana. Todos estos factores han llevado a la mayor lucha industrial de los últimos años, si no es de las últimas décadas.
¿Qué pasa con los otros talleres?
Como hemos mencionado antes, otros talleres también se enfrentan a recortes de empleo. Mientras que el personal de oficina de Basilea y los trabajadores de Biel se resignaron a su destino sin luchar, la resistencia sí empezó en el centro de llamadas de Freiburgo.
La reacción del gobierno local de Freiburgo ante el anuncio de la reducción de empleo fue muy dura, mientras que los trabajadores aparentemente estaban en calma. El 12 de marzo la asamblea de trabajadores decidió una hora de huelga. Estas "ampliaciones del descanso de la comida" continuarían hasta el 19 de marzo, cuando se iba a celebrar el debate en la asamblea nacional sobre el futuro de FFS-Cargo. Por ahora no está planificada la huelga en Freiburgo, pero al mismo tiempo es la única opción viable. En realidad, si el debate no produce ninguna solución los trabajadores de Freiburgo irán a la huelga.
El 14 de marzo hubo una manifestación en Freiburgo donde los trabajadores de Ticino enviaron una delegación de 70 personas. Para expresar su solidaridad con sus colegas de FFS-Cargo, los conductores de Ticino pararon todos los trenes regionales a las 7,30 horas durante cinco minutos. El presidente del Partido Socialista, Christian Levrat, también participó en la manifestación. Acusó a la dirección de FFS de comportamiento dictatorial y pidió a los trabajadores que se mantuvieran firmes.
Contexto
¿Cómo se llegó a esta situación? Lo que impulsó el salvaje plan de reestructuración fue la pérdida del 190 millones de francos suizos el año pasado. Los medios de comunicación hablaban de la mala gestión de los directivos. Todos intentan culpar a los demás. Un día culpan al consejo de administración y su incapacidad, otro a Benedikt Weibel, el antiguo director, todo para encubrir la crisis que se está desarrollando en FFS.
Obviamente, los administradores anteriores cometieron errores. Pero no están interesados en este o ese error de los directivos individuales. Lo que queremos saber son los intereses que hay detrás de estas decisiones, la "economía de mercado" ha sido el mantra desde los años noventa, no sólo en la cuestión económica sino también en todos los campos políticos. La transformación de las antiguas empresas estatales en sociedades (cuyas acciones pertenecen al gobierno) fue un proceso que se desarrolló en el contexto de los cambios que se produjeron en la economía capitalista durante los años setenta.
Aquí merece la pena observar lo ocurrido en el pasado. La nacionalización de las industrias clave en el pasado fue debido a la presión del movimiento obrero. También hubo un aumento de la participación de los partidos obreros en los parlamentos y el gobierno burgués. La extensión de las nacionalizaciones después de la Segunda Guerra Mundial fue una concesión necesaria de la burguesía para mantener la estabilidad.
La participación de la clase obrera en las tomas de decisiones importantes en sí misma es contradictoria. Por un lado, las reivindicaciones importantes de los trabajadores se han conseguido (el derecho al voto de la mujer, por ejemplo) y han mejorado las condiciones laborales y de vida. Pero durante todo este período los capitalistas han mantenido las palancas reales de la economía en sus manos. Se consolidó una elite privilegiada una burocracia dentro del movimiento obrero que jugó el papel de mediador entre los trabajadores y los empresarios, con la intención de diluir las contradicciones de clase. Las condiciones laborales en las empresas estatales también tienen a ser vistas como mejores comparadas con el sector privado.
Todo esto siempre fue una espina para la burguesía y ahora, con el cambio de condiciones, han decidido pasar a la ofensiva. La falta de perspectiva de los dirigentes oficiales de la izquierda también aumenta la confianza de los capitalistas. La crisis financiera y económica que se avecina también les está obligando a pasar a la ofensiva.
La situación actual en FFS es el resultado de todos estos acontecimientos. Los empresarios están intentando llevar del debate hacia la idea de la privatización y culpan de todo a la mala gestión. Defienden un "consejo de administración que (según un comentario aparecido en un periódico) realmente comprenda algo sobre el transporte y el flujo de caja, en lugar de juristas y asesores".
La KMU (asociación de pequeñas y medianas empresas), que políticamente está representada principalmente por el SVP (Partido Popular), entona la misma melodía, pero añade que si las acciones de FFS estuvieran en posesión de las empresas de transporte suizas y no las altas finanzas que recurren a la inversión internacional.
El ala de derechas del PSS (Partido Socialdemócrata de Suiza) se ha limitado a defender una fusión entre FFS-Cargo y BLS-Cargo con un aumento de las ayudas. La posición prudente de estos burócratas se debe a su propia responsabilidad en la crisis de FFS-Cargo. Christiane Brunner, candidato del PSS al parlamento federal en los años noventa, es miembro del tan criticado consejo de administración. El portavoz en el parlamento del PSP, Moritz Leuenberger, que como ministro de economía está justificado que sea visto como responsable del fracaso de FFS-Cargo, ha condenado la huelga como un error. Sin embargo, poco a poco está cambiando la línea dentro del PSS. El partido ha expresado su solidaridad con los trabajadores a través de notas de prensa y el presidente del SPS, Christian Levrat, visitó a los trabajadores en Freiburgo. Mientras tanto, los sindicatos han apoyado a los trabajadores activamente. Su objetivo es evitar la reducción de empleo y defender los intereses de los trabajadores.
Después de que Benedikt Weibel abandonara su puesto ha ocupado su lugar otro de la línea dura en FFS. Para él la cuestión no es si se deben reducir empleos o reestructurar, sino cómo se debe llevar a cabo. Incluso aunque Meyer dijo que suspendería el plan de reducción de empleo en Bellinzona y Freiburgo, los trabajadores decidieron continuar con la huelga. Es una señal clara de que los trabajadores no confían en él, ¡y tienen razón!
La masiva reacción de los trabajadores con una huelga sin previo aviso, es una prueba clara de la verdadera situación. La polarización en la sociedad suiza ha alcanzado tal nivel que pueden estallar explosiones en cualquier lugar. Las contradicciones del capitalismo a nivel nacional e internacional, han alcanzado tal intensidad que ahora comienzan a salir a la superficie. Quince años de recortes sociales, aumentos enormes de la productividad sin incremento de los salarios reales, incontables ataques a los derechos de los trabajadores, todo ha provocado un fermento dentro de la clase obrera.
Han madurado todas las condiciones para una recesión mundial. En el próximo período presenciaremos el aumento de los enfrentamientos entre las clases. En Suiza este proceso ya ha comenzado. Las recientes luchas industriales en la construcción en toda Suiza y ahora la lucha en Ticino son una prueba evidente de esa situación.
¿Y ahora qué?
El 9 de marzo se organizó una manifestación en Berna y allí los trabajadores de Ticino confraternizaron con los de la construcción. Ese mismo día se celebraba el debate en el parlamento sobre el futuro de FFS-Cargo. Esta manifestación fue una prueba de las luchas que están realizando los trabajadores de la construcción y los ferroviarios.
Los trabajadores de Freiburgo decidirían si iban a la huelga después del debate en el consejo nacional. Este debate afectará también a los trabajadores de Ticino. Si el resultado de las conversaciones no es satisfactorio amenazan con bloquear el túnel de Gotthard que paralizaría todo el tráfico de la Semana Santa. Además han planificado más acciones si FFS-Cargo no renuncia a los planes de reducción de empleo.
Extensión de la huelga
Los trabajadores de Freiburgo y los conductores ferroviarios de Ticino han comenzado pero la huelga deben extenderse y aumentar constantemente su presión. Habría que enviar delegaciones de Ticino a Biel y Basilea para convencer a los trabajadores para que vayan a la huelga. Hay que extender la resistencia. Si fuera necesario, los conductores deberían paralizar el tráfico ferroviario. Además habría que coordinarse con los trabajadores de la construcción en huelga. La lucha debería ser común. ¡Sólo la unidad nos hace fuertes!
Perspectivas
La disposición a luchar y la determinación de los trabajadores es increíble, si se tiene en cuenta la historia relativamente joven del movimiento obrero suizo. La creación de comités de huelga y la toma de decisiones de manera democrática son una inspiración. Los trabajadores toman sus decisiones de modo colectivo. La huelga está dirigida por comités de huelga elegidos y formados por los trabajadores y los representantes sindicales. Coordinan la lucha y transmiten la información. Ya hay un órgano embrionario de poder obrero. La integración de las familias y los voluntarios en la huelga son un ejemplo más del alto nivel que ha alcanzado la huelga. Estos acontecimientos no se pueden explicar exclusivamente por la historia particular de Ticino, la cercanía al movimiento obrero italiano y las condiciones favorables de los sindicatos, también es una prueba de la capacidad que tienen los trabajadores de aprender rápidamente a través de su experiencia en la lucha y de adoptar, de manera instintiva, decisiones correctas sobre cuales son las mejores estrategias.
Ahora la cuestión se cómo se puede ganar esta lucha. En primer lugar hay que conseguir las reivindicaciones económicas, la retirada de los planes de reestructuración, no se puede aceptar la eliminación de ningún puesto de trabajo ni el empeoramiento de las condiciones laborales. Los trabajadores no son los responsables de los errores cometidos por los capitalistas, ni tampoco de las condiciones injustas y caóticas de la economía de mercado.
No tenemos ilusiones. Si se gana esta lucha, los empresarios no van a terminar con la crisis de FFS-Cargo. Tarde o temprano llegará otro ataque, y seguramente lo prepararán mejor. Esto significa que tendremos que luchar de nuevo. No debemos estar divididos ni enfrentados. Los trabajadores la próxima vez recordarán esta experiencia de solidaridad. Es un paso adelante que en el futuro jugará un papel considerable.
Como marxistas tenemos la tarea en un momento dado de ir más allá de las reivindicaciones económicas y vincular la lucha por las cuestiones cotidianas con la conquista de una sociedad socialista. Exigimos el final del sistema de acciones de la empresa y que FFS sea de nuevo propiedad pública, pero bajo control obrero. Creemos que el comité de huelga es la base para un comité de fábrica que debería sustituir a la actual comisión de empresa. Este comité de fábrica debería ser elegido de manera regular por los trabajadores (excluyendo a la dirección de la empresa) y que fuese revocable en cualquier momento.
El comité de fábrica debe tener acceso a las decisiones empresariales y a las cuentas. Debería rendir cuenta ante los trabajadores y aceptar las decisiones mayoritarias de los mismos.
El control obrero por supuesto es un golpe a la propiedad privada y también al orden capitalista. Los trabajadores tendrían la misma información sobre la gestión de la empresa capitalista que los administradores. El gran revolucionario ruso León Trotsky, explicó en El Programa de Transición que el primer paso para hacerse con el control de cualquier industria es la apertura de los libros de cuentas. Los capitalistas normalmente explican que los ataques a la clase obrera se deben a necesidades económicas. Contención salarial, despidos e introducción de jornadas flexibles, supuestamente son inevitables por unas "necesidades inherentes" misteriosas. Utilizan la excusa de que deben mantener ocultas las cuentas, no quieren que los trabajadores vean lo que sucede realmente. Sólo de esta manera los trabajadores podrán ver la situación económica real y cómo funciona el sistema capitalista. También es el primer paso hacia la superación de la actual correlación de fuerzas.
Estas reivindicaciones a algunos les pueden parecer algo ajenas teniendo en cuenta la actual correlación de fuerzas entre el trabajo y el capital, pero es la dirección que debe tomar el debate en este momento. Si esta discusión se produce, tendrá un efecto en los trabajadores. La situación actual del mundo es favorable. Como internacionalistas intentamos vincular las experiencias de la calse obrera de otros países con la situación en nuestro país. La revolución venezolana nos da una experiencia de administración socialistas en aquellas empresas donde los trabajadores se han hecho cargo de la producción, con distintos grados de éxito. La reciente visita a Suiza de un representante venezolano del Freteco, en febrero, organizada por UNIA-Juventud, reveló el hecho de que incluso en un país como Suiza existe interés por estas ideas. Este hecho apuntala nuestra orientación como Corriente Marxista Internacional y subraya la corrección de nuestras perspectivas.
La experiencia de esta lucha afectará a la conciencia de la clase obrera suiza en el futuro. Nuestra tarea como trabajadores y marxistas es clara: hacer todo lo posible para que la lucha triunfe. Debemos aprender las elecciones de la experiencia de doscientos años de lucha de clases bajo el capitalismo y demostrar nuestra solidaridad.
Hay que presionar en cada fábrica, en las calles, en las escuelas y universidades. La corriente marxista Der Funke hace un llamamiento a la solidaridad activa con los trabajadores de Bellinzona y los trabajadores del centro de llamadas de Freiburgo. Su lucha es la nuestra.
Source: El Militante