La industria cafetalera es ahora uno de los frentes de lucha entre revolución y contrarrevolución, parte de la táctica de guerra de baja intensidad que desarrolla la oligarquía venezolana, ligada a la oligarquía colombiana y al imperialismo norteamericano e internacional.
Este viernes 7 de Agosto se anunciaba la detención en horas de la madrugada de un cargamento de contrabando de más de 35 toneladas de café con destino a Colombia. Así lo informaba Richard Canan, viceministro de Economía Agrícola. Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) habían detenido una gandola con 35.000 kilos de café en el estado Portuguesa destinados al contrabando de extracción. La industria cafetalera es ahora uno de los frentes de lucha entre revolución y contrarrevolución, parte de la táctica de guerra de baja intensidad que desarrolla la oligarquía venezolana, ligada a la oligarquía colombiana y al imperialismo norteamericano e internacional.
Intervención de la principal procesadora de café venezolana
El pasado 3 de Agosto se anunciaba que el Ejecutivo nacional, a través de los ministerios de Comercio y de Agricultura y Tierras ocupaba temporalmente las plantas de café Fama de América y Madrid, ubicadas en La Yaguara, Caracas. El ministro de Comercio, Eduardo Samán, declaraba que la medida contaba con el apoyo del sindicato de Fama de América y que con la medida se busca garantizar el abastecimiento del rubro y que éste no vaya a terminar en el supuesto contrabando de extracción. Por su parte, el ministro de Agricultura y Tierras, Elías Jaua, declaró que "No vamos a permitir que se siga chantajeando al pueblo, porque detrás de todo esto siempre hay el chantaje de que si hay desabastecimiento es porque no hay precio justo"
Ambos ministros hicieron hincapié en que con la medida de ocupación no se trata de una expropiación de estas empresas. Sin embargo, al día siguiente, en el acto de conmemoración del 72º Aniversario de la Guardia Nacional, el Presidente Chávez anunció su expropiación: "Estábamos retardados en la intervención de las empresas procesadoras de café y ahora van a pasar a ser propiedad del pueblo. ¡Ya basta! Tenemos que hacerlo con todas las empresas que tengan igual o parecido comportamiento". Adicionalmente indicó que "esas empresas lo que tienen es un monopolio y están prohibidos en la Constitución, por lo que nosotros estamos obligados a hacer cumplirla".
Respecto a las prácticas monopólicas de estas empresas comentó que "El cuento es este: ellos compran el café, los productores recuperamos la producción y vienen los capitalistas, compran el café barato y luego el café desaparece. Se lo llevan de contrabando a Colombia para venderlo cuatro y cinco veces más caro a nosotros. Pero el café venezolano es el mejor del mundo y ahora es más sabroso porque es café socialista".
De hecho, José Agustín Campos, presidente de la Confederación de Agricultores y Ganaderos (Confagan), declaró en una nota publicada por Cadena Global el pasado jueves 06 de Agosto que "no debería haber de ninguna manera un desabastecimiento de café" dado que el consumo de café en Venezuela asciende a 900 mil quintales (QQ) anuales, mientras que la producción interna del grano es de alrededor de un millón 300 mil QQ.
En el mismo acto del martes, el Presidente Chávez aseguró que en horas de la noche del lunes se habían aprobado los recursos para la expropiación de unos frigoríficos y mataderos en Zulia y Monagas, entre otros. "Continuaremos nacionalizando monopolios para convertirlos en empresas productivas en manos de la revolución. Es la única manera para que exista democracia económica", aseveró. Esto mil veces correcto. El Socialismo implica una profundización de la democracia a todos los niveles, incluyendo el económico. La única manera de garantizar una verdadera democratización de la economía es que las principales palancas de la economía sean nacionalizadas y pasen a funcionar bajo el control de los trabajadores y con un esquema de planificación democrática nacional de producción y distribución. De hecho, cuando la medida de ocupación, el ministro Samán declaraba que propondrían la nacionalización "y serán los trabajadores los que tendrán el control de la empresa".
¿Regulación del mercado o planificación democrática de la Economía?
Para el ministro Jaua, en declaraciones dadas en Trujillo durante la inauguración de una oficina del Banco Agrícola de Venezuela (BAV) luego que Chávez ordenara la nacionalización, "La propiedad privada tiene que ser para trabajar, para producir, como lo hacen los pequeños y medianos productores". Según Jaua, "sólo prohibiendo que existan distorsiones en el mercado, es que el Gobierno logrará sincerar las estructuras de costos". En el acto se anunció también el otorgamiento de financiamientos por más de BSF 7,4 millones para impulsar la ejecución de proyectos cafetaleros a través del BAV y el Fondo para el Desarrollo Agrario Socialista (Fondas).
El propio lunes 03 de Agosto, el ministro Jaua declaraba que a principios de año el Ejecutivo ajustó el precio del café y exhortó a los dueños de las empresas a garantizar el abastecimiento del rubro. "Les hicimos un llamado a la reflexión, ellos deben recordarlo. Una noche en el Ministerio de Agricultura le dijimos aquí está la mano amiga del Gobierno para trabajar, pero si ustedes persisten en la distorsión del mercado, en favorecer el contrabando de extracción, en distorsionar el funcionamiento de las pequeñas y medianas torrefactoras, nos veremos obligados a actuar, y es lo que estamos haciendo hoy".
En declaraciones del Buró Político Regional del PSUV Lara recogidas por ABN, Julio Chávez declaró que "apoyamos la intervención de estas empresa por tres meses, tal y como fue acordado (…) Ésta es una forma de monitorear la política comercializadora del café y garantizar que éste llegue a los hogares de todos los venezolanos".
Por su parte, el superintendente nacional de Silos, Almacenes y Depósitos Agrícolas (SADA), Carlos Osorio, denunció que las plantas torrefactoras de Fama de América y Café Madrid desvirtúan el funcionamiento del sistema cafetalero para negar la posibilidad de instalarse a las pequeñas y medianas empresas que intentan abrirse paso en el mercado del café. En declaraciones recogidas por ABN, Osorio explicó que "Estas plantas desvirtúan totalmente el funcionamiento del sistema del sector cafetalero porque ellos pagan muy por encima del precio que está regulado el quintal del café y eso trae una distorsión, porque eso permite que se hagan ellos de toda la materia prima para la producción del café y por supuesto todas aquellas plantas pequeñas se ven mermada en sus capacidades"
Sin embargo, el problema va más allá de corregir "distorsiones en el mercado". El problema principal es que la economía venezolana sigue siendo una economía capitalista, de mercado. Como hemos explicado en distintas ocasiones desde estas mismas páginas, cualquier medida de control sobre los capitalistas, de limitar sus beneficios o hacer el funcionamiento del sistema menos contrario a los intereses sociales está condenado al fracaso. Las medidas de control introducen distorsiones en el propio funcionamiento capitalista de la economía y agudizan las contradicciones. El capitalismo busca el máximo beneficio con la menor inversión. No es sino siguiendo la lógica propia del capitalismo que la burguesía opta por buscar cómo sacarle más ganancia a sus productos, particularmente a los regulados. Todo esto aunado al hecho que ya hemos explicado mil y un veces y es que la burguesía y el imperialismo no invierten en períodos revolucionarios. Mucho menos una burguesía parásita como la venezolana que en períodos de boom económico por los altos precios del petróleo desangró al país mandando su dinero afuera, a los paraísos fiscales y financieros.
Cuando el caso del arroz y la nacionalización de la planta arrocera de Cargill ya mencionábamos que aunque la nacionalización de estas empresas es un paso adelante que los marxistas apoyamos , para que el mismo sirva para hacer avanzar la revolución y fortalecer el apoyo a la misma, es necesario que estas nacionalizaciones sean llevadas a cabo bajo control de los propios trabajadores (como unico modo de impedir el saboteo burocrático) y que ,además, no se limiten a una sola empresa o sector sino que se extiendan al conjunto de las industrias y sectores económicos clave del país, incluida la banca y las principales industrias.
Las medidas a medias no resuelven el problema fundamental del sabotaje económico, menos en el marco de una crisis mundial del capitalismo que afecta duramente la economía nacional con la abrupta caída de los precios del petróleo, una inflación que, a pesar del ingenuo optimismo de algunos ministros, ya se perfila a superar la barra del 30%. En un artículo escrito por el camarada Yonie Moreno el pasado 14 de Marzo, se enfatizaba este punto: "Para terminar con el sabotaje, no basta con tomar medidas parciales, ni con amenazas a la burguesía para que produzca. Hay que pasar de las palabras a los hechos. La industria agroindustria sigue incumpliendo la ley, enriqueciéndose a costa del pueblo y del descrédito del Presidente Chávez. ¿Para qué sirven las nacionalizaciones, si están no conllevan una mejoría de las condiciones de vida, un mejor acceso a los productos básicos?"
Sobre la base de la agudización de las contradicciones que conllevan estas medidas parciales, aisladas y tomadas en general de manera empírica y a la defensiva, aunados al sabotaje que se centra sobre los sectores nacionalizados tanto desde la burguesía y el imperialismo, como desde la propia burocracia, se centra la propaganda de la derecha, anunciando los "horrores" de la escasez bajo el socialismo, de la inviabilidad de una economía controlada por el Estado, etc. Ahí tenemos el caso de la campaña elaborada por CEDICE y otros grupos contrarrevolucionarios, haciendo uso de todos los miedos, prejuicios y la mentalidad más atrasada de la pequeña burguesía.
Pero como explicaba muy bien el camarada Moreno, "Precisamente el socialismo si significa algo es superabundancia de bienes accesibles, de mejor calidad y a un precio reducido, aún más que bajo el capitalismo. Eso es lo que se consigue con la planificación democrática de la economía cuando sus palancas fundamentales, la banca, la industria y la tierra están nacionalizadas y su control está en manos de los trabajadores y el conjunto del pueblo. Si las industrias nacionalizadas están controladas por burócratas del estado capitalista, cómo está sucediendo en la actualidad en Venezuela, lo que viene es la mala gestión, la corrupción y la ineficacia. Los mismo pasa con la distribución y los déficits de PDVAL y Mercal donde el burocratismo y la corrupción hacen estragos".
A su vez, el pasado 16 de abril, el camarada William Sanabria explicaba a propósito de las expropiaciones que se habían sucedido lo siguiente: "Los marxistas apoyamos estas nacionalizaciones. Al mismo tiempo, explicamos que para lograr plenamente sus objetivos no pueden quedar limitadas a una sola empresa o sector, sino que tienen que extenderse al conjunto de la economía e ir acompañadas del control obrero y popular. Hay que expropiar la banca, las empresas fundamentales y la tierra y ponerlas en manos de la clase obrera y los campesinos, así como decretar el monopolio estatal del comercio exterior. Esto permitiría planificar democráticamente la economía en función de satisfacer todas las necesidades sociales".
Nacionalizar el sector del Agroalimentario e Industrializar el campo
El punto clave en todo esto es que no sólo se debe atacar la propiedad privada de los medios de producción para ponerlas al servicio del conjunto de la sociedad, sino que a su vez, las empresas nacionalizadas no pueden funcionar como islas aisladas, rodeadas encima de todo de un mar de capitalismo. Deben coordinarse, unificarse en la medida de lo posible y trabajar de manera planificada y consciente bajo control de sus trabajadores y de las comunidades.
En el caso del sector del Agro esto es aún más necesario. Durante estos 10 años hemos visto fracasar los intentos de crear pequeñas cooperativas, dar créditos a pequeños grupos campesinos o incluso a individuos y demás. Si bien es cierto que la colectivización de la tierra y la creación de grandes granjas colectivas e industrializadas no puede ser impuesta desde arriba y de manera burocrática a los campesinos, debemos explicar políticamente las ventajas que implica una explotación agraria colectiva, basándonos en todos estos años de experiencia. La Corporación Venezolana Agraria, que debe pasar a estar bajo el control de los trabajadores, los consejos comunales, consejos de campesinos, etc. debe ser el centro organizativo para nuclear este proceso, convirtiendo a los campesinos y campesinas aislados en trabajadores y trabajadoras asalariadas y con buenos beneficios socioeconómicos, que les garanticen una vida digna a ellos y ellas, así como a sus familias. De esta manera se podrá planificar democráticamente cómo invertir y resolver los problemas del agro, la planificación de las cosechas, el suministro de insumos industriales, implementación de tecnologías de avanzada en irrigación y cosecha, entre otros. Esta es la única vía para desarrollar una genuina política socialista hacia el problema del agro y la soberanía alimentaria.
Si se plantease la cuestión de este modo, ofreciendo a los campesinos la perspectiva de una mejora general de sus condiciones de vida y trabajo y de particpar en el control y la gestión directa de explotaciones agrarias socialistas colectivas una gran mayoría de ellos apoyaría entusiasmada la propuesta de expropiar y colectivizar los latifundios. Los campesinos que no quisiesen particpar en explotaciones colectivas sino seguir manteniendo pequeñas explotaciones o formar cooperativas tendrían el derecho a hacerlo y recibirían créditos baratos y a pagar con todo tipo de facilidades por parte del estado revolucionario. Sobre las bases de una economía planificada democráticamente y aplicando las técnicas más avanzadas un país tan fértil como Venezuela podría acabar con la dependencia del petróleo y desarrollar vastas extensiones de tierra hoy abandonadas.
Una vez más, hay que pasar del discurso a la acción
Sin embargo, la medida de expropiación ha sido anunciada para concretarse luego de los 90 días de ocupación de las empresas. A este respecto, Chávez indicó que "Claro que las vamos a expropiar. Cuando termine el plazo de tres meses las expropiamos. Estamos cansados de tanto hablar con ellos. Empresas monopólicas que se comporten de la misma forma serán expropiadas. Sea quien sea".
La única manera de llevar adelante y acelerar de manera decidida el paso de la revolución socialista es que desde el movimiento de los trabajadores, desde los sindicatos nos organicemos como clase obrera y junto a las comunidades ocupemos las plantas agroalimentarias o los comercios que saboteen y especulen, tomando el control efectivo de las mismas y demandando al gobierno nacional su nacionalización.
Hemos visto cómo el presidente Chávez ha respondido favorablemente cuando la presión del movimiento obrero se ha ejercido de manera organizada y decidida. Pese a los gritos histéricos de los grupos sectarios, que en lugar de llevar a la victoria condenaron al fracaso importantes luchas como la de Sanitarios Maracay, entre otras, cuando la clase obrera venezolana se ha movilizado, hemos conquistado importantes victorias y mostrado el camino a seguir. Así ha sido el caso de INVEVAL, el caso de SIDOR, entre otros. Ciertamente tenemos muchos enemigos, tanto en la burguesía, como entre los reformistas y burócratas, que temen más al movimiento de las masas que a la reacción. Pero nuestra confianza en el triunfo del socialismo debe ser total. Más temprano que tarde avanzaremos de victoria en victoria a pesar de los obstáculos y los retrocesos eventuales hacia una genuina democracia obrera y socialista, con una economía nacionalizada y planificada democráticamente y puesta al servicio de la sociedad entera.
Caracas, 14 de Agosto de 2009