Editorial 189 - El año 2009 fue en diversos sentidos catastrófico para la economía mundial y la mexicana en particular, la cual se destacó como la de pero desempeño a nivel mundial. No obstante el efecto de la crisis más importante ha sido el impacto generado entre la población trabajadora, la cual, una vez más, ha podido contemplar como sus esperanzas en que su situación podría mejorar desaparecieron. Esto no sólo porque la crisis ha significado una serie de despidos y la disminución de fuentes de trabajo, sino porque la burguesía ha aprovechado la crisis para emprender una ofensiva en todos los frentes en contra de los trabajadores.
Uno de los aspectos más importantes para entender la dinámica de la lucha de clases es reconocer que el estado de las finanzas de un gobierno no están reflejados automáticamente en la economía del país, especialmente cuando durante décadas el Estado mexicano se ha deshecho de propiedades publicas equivalentes al 30% del PIB y por lo tanto su capacidad para incidir en la dinamización de la economía en su conjunto se restringen solamente al control de la moneda circulante, por ende al tipo de cambio y al gasto publico, generalmente orientado políticamente con fines de contención social.
El gobierno siempre ha presumido de finanzas públicas sanas, con niveles de déficit presupuestal nunca superiores al 1.5% y un control de la inflación, nunca superior a un digito, así como un tipo de cambio estable. En cierto sentido podríamos decir que esto se mantuvo en el 2009 pero tendríamos que preguntarlos ¿a costa de que?
No obstante estas “finanzas sanas” no se impidió que millones cayeran en la pobreza, que la economía cayera en promedio abajo del 7% generando una disminución en los ingresos de más de 300 mil millones de pesos, los cuales se cubrirán por medio de incrementos de impuestos que afectarán directamente a los trabajadores en su consumo, incremento del IVA, gasolinas, transporte y a la pequeña burguesía, por medio del incremento el Impuesto sobre la renta de un 2% en promedio, pero que en algunos casos será superior al 6%
Como habíamos señalado en otras ocasiones lo importante en el desempeño económico esta reflejado en el crecimiento de la economía en la forma en que este crecimiento de distribuye en el conjunto de la población. Por poner un ejemplo, en el año que inicia se provee un crecimiento económico de un 3% con una inflación superior al 5% pero un tope salarial de un 4.85%, por lo tanto el escaso crecimiento económico tendrá sus sustento en una reducción planeada del nivel general de los salarios desde un 0.5% hasta lo que los trabajadores nos dejemos.
Además de ello, para la burguesía no resultara difícil demostrar estadísticamente un crecimiento económico de un año con respecto a otro, especialmente cuando hará comparaciones respecto de un 2009 especialmente catastrófico, aún si se lograra el 3% esto sólo significaría que en dos años la caída acumulada sería del -4% respecto del 2008, el cual ya era un año difícil.
La lección política más importante que debemos extraer los trabajadores es que bajo el capitalismo no hay salida, cuando hay crecimiento la burguesía exige sacrificios para no afectar la buena situación, la cual en general no llega a nuestras familias. Cuando hay recesión nos exigen sacrificios para salir de la crisis, de forma contrastante cuando hay crisis la burguesía recibe toda una serie de ayudas y rescates financieros (Fobaproa), se le perdonan impuestos (Consolidación fiscal), etc.
En el capitalismo lo que más interesa a la burguesía es la dinámica de acumulación, es decir la manera en que se enriquece e incrementa su poder, la política económica del actual gobierno no tiene como objetivo el crecimiento del conjunto de la economía, sino el defender esta dinámica de acumulación, la cual se limita solamente a unas cuantas familias de millonarios. (en plena crisis la bolsa de valores obtuvo ganancias de un 40% más) Esta defensa también tiene implicaciones políticas, especialmente en tiempos de crisis se hace más evidente que el mejor medio que tenemos los trabajadores para evitar la voracidad empresarial es la organización; Ahí donde hay sindicatos fuertes y combativos los capitalistas se ven forzados a hace alguna concesión o a limitar sus ataques.
Por estos motivos el estado se ha empeñado desde hace años en una ofensiva en contra de los trabajadores y sus organizaciones, ya sea sindicatos o incluso el propio PRD.
Hay que reconocer que a pesar de las divisiones fue la resistencia popular lo que impidió la privatización de PEMEX en el 2008. Ha sido la tenaz resistencia de los mineros la que ha impedido la destrucción de su sindicato e incluso les ha significado ser uno de los pocos gremios con incrementos salariales superiores a la inflación en el pasado año. Fue la lucha de los trabajadores públicos la que hizo fracasar la reforma del ISSSTE (lo que no implica que el resultado haya sido muy bueno pero sin lucha cientos de miles de trabajadores no tendríamos esperanza de pensión).
La sido la propia existencia del PRD la que ha impedido que la ofensiva política burguesa se haya reflejado en el establecimiento de un gobierno filoclerical, como es a nivel nacional y como lo es en la mayoría de los estados que ha aprobado feroces iniciativas antiaborto y en donde la persecución e incluso asesinato de activistas sociales, periodistas, es cosa de todos los días. Nadie dice que la situación en la ciudad de México es ideal, no obstante si podemos afirmar que sin la organización popular en torno al PRD, con todos sus defectos, los trabajadores que viven en el DF, no tendrían ciertas libertades que en otros estados son un sueño. E incluso las limitadas concesiones o subsidios como el de los adultos mayores o las becas a estudiantes de bachillerato serian inimaginables. En suma si hay diferencias entre el centro y el conjunto del país esto se debe no a los políticos en funciones sino a los trabajadores organizados, en diferentes formas, en torno al PRD.
Por esta razón en el año que paso la ofensiva permanente en contra del PRD y el movimiento en torno a Andrés Manuel López Obrador continúo y amenazó con destruir al partido. Un ala, la de Jesús Ortega se prestó para todo tipo de maniobras que pasaron desde la colaboración con el estado para impedir que en la dirección del partido quedara un elemento afín a AMLO hasta el intento de imponer en el corazón del perredismo en el DF (Iztapalapa) una cuña destructiva. Por lo menos en el segundo caso, es decir iztapalapa, las movilizaciones y determinación de las masas impidió la maniobra. Pese a cualquier consideración que se pudiera tener respecto a Clara Brugada si tenemos que decir que su regreso fue un triunfo que llena de confianza a los trabajadores de Iztapalapa y particularmente a los militantes de base del PRD. Casi distinto fue a nivel nacional donde nuevamente las dos corrientes principales decidieron llegar a un acuerdo. Como habíamos previsto Jesús Ortega ha decidido que pierde más rompiendo definitivamente con AMLO que con aquellos que pierden su expulsión, de esta forma subproducto del acuerdo en el “congreso fundacional” el ala de extrema derecha del partido ( Ruth Zavaleta y compañía) ha empezado a emigrar.
Es necesario que los trabajadores aprovechemos cada oportunidad para entrar al partido y presionar desde dentro por una política distinta, ajena a los pactos que a la larga sólo prorrogan el conflicto que tarde o temprano se desatara y en donde tenemos que impulsar un proyecto de partido democrático, revolucionario y socialista, que es la única forma en la que el PRD puede convertirse en una alternativa de poder para el pueblo.
Finalmente señalar como uno de los elementos claves de la actual situación a la ofensiva del estado en contra del SME y la heroica resistencia que ellos han encabezado. Nada se les puede reprochar a los miles de trabajadores que durante meses se han batido en contra del intento de extinción. No obstante la lucha ha demostrado que no es posible enfrentar este tipo de ataques con acciones de solidaridad, se necesita la creación de una central sindical unificada, combativa, capaz de emplazar de forma seria a luchas como la huelga general con emplazamientos conjuntos y negociaciones conjuntas. En suma la lucha del SME señala el camino que la clase trabajadora debe seguir para enfrentarse a un estado hostil y decidido a ir por todo.
El año 2010 es todo un reto para los trabajadores, no será nada fácil, pero solo la organización y la movilización lograran: primero impedir más ataques, entre ellos las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo, y después infligirle más y más derrotas al gobierno para que su situación sea insostenible.
La Tendencia Marxista Militante, sección mexicana de la Corriente Marxista Internacional, te ofrece un espacio para luchar sin tregua por un futuro socialista.