El 19 de septiembre, España se despertó con la noticia de la muerte de Santiago Carrillo, secretario general del Partido Comunista Español (PCE) en los años cruciales de 1960-82. Falleció a la edad de 97 años en su casa de Madrid. Generalmente, la muerte de un dirigente del movimiento obrero sólo hubiera obtenido una escueta cobertura de prensa y, quizás, algún comunicado oficial por parte de los sindicatos, de las secciones locales socialistas, comunistas, y demás. Pero esto fue completamente diferente.