El pasado 19 de junio se celebró en Asunción el Congreso del Espacio Unitario popular (EUP), convocado por el Tekojoja, P-MAS (Movimiento al Socialismo), PCP (Partido Comunista Paraguayo) y PCPS (Partido Convergencia Popular Socialista).
El objetivo fue discutir la coyuntura desde la elección de Lugo como presidente y avanzar en las conquistas sociales que los trabajadores paraguayos necesitan, combatiendo a las fuerzas conservadoras del Congreso, la Judicatura y el gobierno.
Los mil quinientos participantes mostraron su deseo de unidad en la lucha por el socialismo, así como en la lucha contra las prácticas escandalosas de los sectores conservadores liderados por el Partido Colorado y los oviedistas, pero también por el Partido Liberal que forma parte de la base parlamentaria del gobierno de Lugo. La propuesta de realizar una consulta popular sobre el rendimiento del Congreso Nacional y la elección directa del Poder Judicial, además del debate sobre una nueve Constituyente con posibilidad de reelección, provocó la desesperación de la derecha.
ATAQUES DE LA DERECHA
Cada día las acciones del Congreso Paraguayo muestran su distancia con las demandas del pueblo que está en las calles exigiendo cambios en el país. Medidas fiscales y la aprobación de la ampliación de los mandatos de las alcaldías, así como de la ley que permite el uso de pesticidas tóxicos en el campo, provocaron la rebelión popular.
Son frecuentes los ataques de los congresistas conservadores y del Poder Judicial al Ministerio de Emergencia Nacional, Camilo Soares, del P-MAS, que representa uno de los sectores de izquierda de la coalición y que defendió en público que “el pueblo paraguayo debe movilizarse, salir a la calle y exigir sus reivindicaciones”. Soares fue atacado por incitar la rebelión contra el orden público. Pero la gota que colmó el vaso fue la reciente intención del Congreso de flexibilizar el mercado de trabajo. El pueblo salió nuevamente a las calles.
EL GOBIERNO LUGO
Lugo fue elegido con apoyo de todos los sectores populares que exigían cambios tras 61 años del Partido Colorado en el poder, incluyendo toda la dictadura de Stroessner. Lugo se alió con el PLRA y formó una amplia coalición de fuerzas políticas. El P-MAS y el Tekojoja, partidos de la izquierda de la coalición, ya alertaron de la mayoría aplastante conservadora en el Legislativo (P. Colorado, UNACE y PLRA) que combatiría las reivindicaciones sociales. Y tenemos encima la fuerza del PLRA dentro del gobierno.
El Encuentro es un esfuerzo de organizar a los trabajadores y estudiantes, en la ciudad y el campo, para luchar contra las políticas conservadores y exigir el cumplimiento del programa para el que Lugo fue elegido. De hecho el gobierno está sufriendo las contradicciones de su propia coalición. Cuando plantea conquistas mínimas, Lugo es fuertemente atacado por el Congreso y los conservadores del propio gobierno.
En las últimas semanas, el enfrentamiento con el Poder Judicial y el Poder Legislativo tomó proporciones mayores. Lugo debe elegir. Los trabajadores y estudiantes aún le apoyan con la perspectiva de que realice sus aspiraciones. Pero si no atendiera las peticiones de la población se abriría una nueva y más difícil situación.
EL EUP Y LA ORGANIZACIÓN DE LA IZQUIERDA
La celebración del encuentro del Espacio Unitario Popular fue un avance importante. Pero el documento final, aunque busca avanzar en la comprensión de las tareas de la situación actual, es aún muy confusa y limitada.
La carta dice: “nuestra unidad, la defensa de la soberanía y la profundización democrática, la reforma agraria y la renovación de la Justicia son elementos que, sumados a nuestra independencia y capacidad movilizadota, trazarán un camino al que se sumará todo el pueblo paraguayo en busca de su liberación (...) y que sólo podrá ser realidad con un movimiento popular unido, organizado, independiente y en alerta permanente”.
Por desgracia el Encuentro no tomó una postura sobre lo más fundamental y urgente: la ruptura de Lugo con el PLRA y demás partidos burgueses. Lugo debe despedir a los ministros que participaron en gobiernos anteriores y cumplir las reivindicaciones populares, especialmente la Reforma Agraria.
La tarea de los marxistas paraguayos es ayudar al desarrollo de este movimiento mediante la movilización y el programa revolucionario, con nuestra base teórica marxista. Para ello hace falta que la unidad de la izquierda forme un fuerte movimiento de clase, de alianza obrera y campesina, exigiendo la ruptura de Lugo con la burguesía hacia una transición socialista. El programa de reivindicaciones de los trabajadores paraguayos sólo puede realizarse acabando con cualquier ilusión en alianzas con los capitalistas, con la democracia liberal y en reformas burguesas.