El proceso electoral con vistas al relevo en la presidencia de la republica se ha puesto ya en marcha. En términos generales los candidatos de los partidos con posibilidades reales para ganar las elecciones del 2006 han sido ya seleccionados.
Por un lado ésta Felipe Calderón por parte de Acción nacional. Como sabemos el PAN representa los intereses de los sectores más conservadores de la burguesía mexicana, aquellos que fueron expropiados durante la revolución mexicana y que desearían que Maximiliano o Porfirio Díaz volvieran a nacer. Por ahí se dice que la historia se repite una veces como tragedia y otras como farsa, lo mismo sucede con la burguesía conservadora mexicana y sus actuales representantes, los cuales, como Vicente Fox, reflejan a la perfección el carácter reaccionario de la burguesía mexicana y su servilismo del imperialismo norteamericano. Felipe Calderón no es muy distinto de Fox y si llega en el 2006 el escenario para los trabajadores y sus familias sería de más demagogia, más ataques contra nuestros derechos y nuestros salarios, y menos oportunidades de salir de la miseria y la marginación.
Por otro lado esta Madrazo, fiel representante de los sectores más cínicos y tramposos que generó el priísmo a lo largo de los años que estuvo en el poder. La trayectoria de Madrazo, todo un monumento a la traición y a la hipocresía garantiza para los trabajadores un sexenio lleno de represión. Lo que Fox no ha podido hacer, Madrazo que también es un fiel servidor de la burguesía, lo pretendería aplicar aún a costa de aplastar por la fuerza la resistencia de los trabajadores.
Tanto el PRI como el PAN representan la misma política y los mismos intereses, la diferencia sólo es en personas y estilos, el fondo es el mismo.
A los capitalistas les gustaría que la competencia se remitiera a Madrazo y Calderón, no obstante los trabajadores ya sabemos lo que significan estos candidatos y estamos buscando una alternativa que responda a nuestros intereses y necesidades.
El ascenso de López Obrador
La llegada de López Obrador a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, significó un verdadero problema para la burguesía. Los trabajadores eligieron a López Obrador no porque fuera un político del sistema sino porque había aparecido como dirigente de luchas como la toma de pozos petroleros en Tabasco y porque planteaba en su campaña la necesidad de atender primero a los pobres.
En estos tiempos a la burguesía no le place conceder ni siquiera migajas, su afán de exprimir hasta la ultima gota de plusvalía a los trabajadores no conoce limites, por ello ha mirado con malos ojos alguna medidas implementadas por el gobierno de López Obrador que están orientadas a paliar un poco las condiciones de miseria de los sectores más desprotegidos de la población. Sin duda las medidas de López Obrador son pequeñas y en la mayoría de los casos insuficientes, pero para muchos son al menos algo después de dos décadas en que los trabajadores hemos recibido ataque tras ataque contra nuestros niveles de vida y de ingreso. Muchos han visto en sus políticas al menos un espacio para la esperanza.
Por eso cuando vimos que intentaban detener la posibilidad de que fuera candidato por medio del desafuero, nos lanzamos masivamente a las calles y logramos obligar a todo el aparato político y judicial del Estado dar marcha atrás. Derrotamos al sistema en el intento absolutamente antidemocrático de impedir que un candidato que escapaba al control de la burguesía pro imperialista pudiera concurrir a las elecciones y convertirse en el vehiculo por el que expresar nuestros deseos de cambiar la sociedad.
Aún falta mucho para la elección pero esta claro que la burguesía sigue sin confiar en López Obrador y que esta dispuesta a cualquier cosa para impedir que llegue a la presidencia, sólo así podemos entender que se sigan dando a conocer videos que muestran actos de corrupción que se pretenden achacar a como de lugar a López Obrador.
¿Qué PRD necesitamos los trabajadores?
Por supuesto que es innegable que no bastan las buenas intenciones y que a pesar de que la candidatura de López Obrador signifique una esperanza y una alternativa para luchar contra el sistema, esto no significa que todo en la lucha hacia el 2006 se reduzca a apoyar simplemente la candidatura del PRD.
Esta claro que en torno a López Obrador se han agrupado una gran cantidad de oportunistas de los antecedentes políticos más diversos. Ahí están caciques regionales como Monreal, funcionarios públicos del salinato como Camacho Solís o Socorro Díaz, sólo por mencionar a algunos. Esto forma parte de una maniobra más amplia, que intenta infiltrar el partido con miles de priistas con el objetivo, más que evidente, de controlar la acción de gobierno en beneficio de la burguesía en caso de que López Obrador gane las elecciones. En la práctica estos movimientos para privar al partido de su contenido de clase, es la mejor prueba de que la victoria de López Obrador es muy probable.
Por esto es absolutamente necesario que los trabajadores, los campesinos, los jóvenes que hemos hecho posible la victoria contra el desafuero, exijamos que el PRD se cierre a estos arribistas, priistas y agentes de la burguesía, que supondrán un obstáculo poderoso para que el gobierno de López Obrador se oriente en la dirección que los pobres y los oprimidos de México necesitamos.
Por medio de la lucha desde las bases, tanto dentro como fuera del PRD hemos logrado que la candidatura de López Obrador sea una realidad y sólo por medio de la movilización y la organización de estas mismas bases será posible que el PRD logre ganar la elección. Pero no basta sólo con esto, aún la victoria de López Obrador sería insuficiente si es que no se establece un Proyecto Político que permita cree las bases materiales para lograr una vida digna en todos los terrenos para los trabajadores.
Salud, vivienda, educación, empleo, derechos sindicales y políticos, fin de la represión contra los jóvenes, deporte, recreación, son algunas que los aspectos que deben ser prioritariamente atendidas por un gobierno de los trabajadores. Esto pasa por atender firmemente las necesidades de los trabajadores del campo y la ciudad y no de lo que decidan los multimillonarios y sus socios de Washington.
No sólo se trata de un proyecto diseñado en función de los trabajadores sino que pueda ser dirigido por los trabajadores por medio de comités de escuela, barrio, fábrica, ejido. Se trata de que se traspase el poder de las instancias controladas firmemente por la burguesía y sus representantes políticos a las bases mismas de la sociedad, es decir, a los organismos de los trabajadores y de los oprimidos de la nación.
Por supuesto que el actual sistema económico capitalista, y las instituciones políticas que garantizan su supervivencia, entran en total contradicción con el tipo de gobierno de los trabajadores y con la política de la cual hemos perfilado sus principales rasgos. Por ello un gobierno verdaderamente comprometido con el pueblo trabajador debe enfrentarse decididamente a aquellos intereses que obstaculicen las tareas de transformación social del país. Lo que sucede actualmente con Venezuela bajo la presidencia de Hugo Chávez, que ha supuesto un claro avance para las masas pobres del país, marca el camino por el que tendrá que optar López Obrador. O con los trabajadores, apoyándose en la movilización de las masas oprimidas del país, o aceptar las reglas del capitalismo con todas las consecuencias y ser rehén de los grandes empresarios del país y de fuera.
Los militantes de base del PRD deben hacer lo posible por dotar de vida a los comités de base convirtiéndolos en un puntal que vigorice las redes ciudadanas. Dichas redes no deben ni pueden aparecer como contrapuestas al PRD, todo lo contrario deben ser el vehículo para que nuevamente el PRD se convierta en un instrumento de lucha
La militancia de base del partido debe poner a discusión un programa de gobierno y también de gestión democrática del gobierno que implica la democracia participativa, llamando a las redes ciudadanas a discutir y lanzar iniciativas como:
1.- Realizar acciones de apoyo de todas las luchas sindicales, campesinas o estudiantiles que se desaten en lo sucesivo.
2.- Elaborar un listado de prioridades materiales a nivel local regional y nacional.
3.- Abrir las candidaturas del PRD a auténticos luchadores sociales comprometidos con su comunidad, dispuesto a vivir para el partido con el mismo nivel de vida que cualquier trabajador medio.
4.- Dar todo el apoyo y solidaridad a los movimientos democráticos y revolucionarios que se están desatando en América como el Venezolano.
5.- Establecer coordinaciones de redes a todos niveles electas desde abajo y revocables en cualquier momento.
Los trabajadores y los jóvenes no podemos permanecer al margen de la lucha electoral en el 2006, pero tampoco podemos conformarnos con un simple apoyo acrítico. Debemos participar con un programa y unos métodos radicalmente distintos a los del PRI y el PAN y los arribistas que llegan para adueñarse del PRD y convertirlo en un partido burgués más. La lucha por el triunfo en el 2006 es necesariamente una lucha por un PRD de los trabajadores, combativo y con un programa socialista opuesto a los intereses de la burguesía y el imperialismo norteamericano, y que cree las condiciones para avanzar al socialismo. Este es el PRD que necesitamos para acabar con decenios de explotación y miseria.