Balance del 26-S: Ciertamente se ha obtenido mayoría simple en la AN, pero como muestran las cifras es innegable que la derecha ha avanzado. Publicamos en formato PDF un nuevo volante donde el Comité de Redacción de Lucha de Clases hace un balance de las elecciones y las tareas de los revolucionarios ahora en adelante. Hacemos un llamado a nuestros luchadores lectores para que reproduzcan este materíal y sea divulgado en sus comunidades, barrios, fábricas, organizaciones, etc.
Ganamos la mayoría de la AN pero la derecha se está fortaleciendo: ¡Defendemos la revolución, expropiando la industria, la banca y la tierra!
Tras los resultados de las elecciones del referéndum de la enmienda constitucional, el profesor Vladimir Acosta decía de manera acertada que: “los resultados lo que demuestran es que hay dos corredores; uno de ellos va de segundo y va fortalecido tratando de alcanzar al primero, mientras el que va de primero va cada vez más agotado”. Lo que vemos es exactamente eso, que él segundo corredor se está acercando demasiado: el cuadro general de votos al Parlatino, según las cifras totales dice que el PSUV sacó cinco millones 422 mil 040 votos, mientras que la derecha sacó cinco millones 320 mil 175. No todo el mundo votó por el parlamento latinoamericano, pero lo que vemos es que la derecha está pisándole los talones a las fuerzas revolucionarias. La totalidad de diputados del PSUV son 98, mientras que la derecha logró 65 diputados y el PPT logra 2.
Es cierto, que no hay en las filas de la derecha ningún candidato que pueda medirse con el camarada Chávez, pero si comparamos ésta elección con la enmienda constitucional de hace un año y medio, los votos a favor de la revolución fueron 6.310.482 con un 54,85%, mientras que la derecha sacaba 5.193.839 con un 45,14%, con una participación total de un 70,32 %, a diferencia de esta elección que la participación ha sido de 66,45%.
La política reformista es culpable del avance de los escuálidos
Ciertamente se ha obtenido mayoría simple en la AN, pero como muestran las cifras es innegable que la derecha ha avanzado. Lo que más salta a la vista, es la pérdida de importantes bastiones, entre ellos el estado Anzoátegui, dónde la MUD ganó 5 diputados, mientras el PSUV solo sacó 1. La razón por esta derrota no es difícil de encontrar: En el estado Anzoátegui la burguesía nacional y trasnacional ha arremetido contra la clase obrera con cierre y abandono de empresas y violaciones de los derechos laborales, en respuesta a esto se han desarrollado numerosas ocupaciones de fábricas como Mitsubishi, Vivex y Macusa. Y a la hora de intervenir en todas estas luchas, el gobernador del estado, Tarek W. Saab ha apoyado reiteradamente la posición del patrono. Ante esta situación, no es difícil entender porqué la clase obrera de Anzoátegui no salió con mucho entusiasmo frente al llamado de votar por el PSUV en estas elecciones.
Hemos visto algo similar en otros sitios. Esto de ninguna manera muestra “baja conciencia del pueblo”, sino todo lo contrario: Las masas castigaron la política reformista que no sirve para satisfacer sus necesidades básicas. Están cansadas de palabras y discursos vacíos. Quieren acción y medidas prácticas para cambiar el país y destruir la hegemonía económica de la oligarquía. Los programas sociales de la revolución tales como mercal y barrio adentro han significado avances profundos en la dignificación de la vida del pueblo venezolano, pero si mantenemos el sistema capitalista, que se traduce en que los bancos, la tierra y las industrias como el sector de producción de alimentos y de viviendas sigan en manos de los capitalistas, no podremos dar una solución definitiva a los problemas que afectan al pueblo tales como la delincuencia, el fuerte déficit de viviendas y la inflación, el acaparamiento y por ende el encarecimiento de los bienes de consumo fundamentales.
¿Reconciliación nacional?
La derecha y sus medios de comunicación no han gastado recursos en decir que hay que detener el radicalismo del Presidente, que las expropiaciones van a acabar con la propiedad privada de todos, que hay que detener los intentos de instaurar el comunismo cubano etc. A su vez, el “chavismo azul” (PPT) se ha enfocado en una tarea: tratar de atraer a los sectores de la pequeña burguesía del chavismo, descontenta con la burocracia y a su vez atraer a la pequeña burguesía de la derecha. Sin embargo, dentro de las propias filas del PSUV y a su vez dentro de algunos Ministerios, van a hacer todo lo humanamente posible, por influenciar al propio Chávez para que detenga la marcha al socialismo.
Al saber los resultados los presidentes de FEDECAMARAS, Conindustria y los portavoces de la MUD hablaban de “tender puentes en el país”, “reconciliación nacional” y “respetar un parlamento plural”.
En realidad la idea de “reconciliación” planteada por la derecha significa que ¡la mayoría pesuvista debe someterse a la minoría derechista! Según ellos, el parlamento saliente (y la nueva) debe legislar con más “moderación”, es decir debe someterse a sus deseos. Increíblemente a esto lo llaman “democracia”, “pluralismo” y “respeto”. Pero todo revolucionario sabe la trayectoria de estos “demócratas” que hace tan solo ocho años intentaron dar un golpe de estado sangriento contra el pueblo y el camarada Chávez. Este hecho por si sólo es suficiente para juzgar a estos títeres del imperialismo norteamericano.
¿Cómo frenamos el avance de la derecha?
El partido debe sacar las conclusiones correctas para poder elevar el nivel político de la militancia pesuvista. Decir que este es un gran triunfo es completamente equivocado. Ganamos la mayoría simple en la AN, pero la derecha ha incrementado su parte del voto.
Lo que vemos es lo contrario a lo que dicen los reformistas; el problema está en que la revolución aún no ha sido completada, no se ha llevado hasta el final, no se ha radicalizado. El problema real, estriba en que las medidas revolucionarias no van lo suficientemente rápido, y a esto se debe el agotamiento del chavismo en general.
Necesitamos de una dirigencia revolucionaria que responda a las necesidades, anhelos y conciencia revolucionaria de nuestro pueblo, de nuestra clase obrera y de nuestros campesinos y campesinas explotadas. Una dirigencia que tome esa fuerza y voluntad de cambio de las masas y la lleve hacia delante en la construcción del socialismo, una dirigencia que acompañe a nuestro Camarada Presidente Chávez en su lucha por desmantelar el estado burgués y acabar con el capitalismo. Una dirigencia que no titubee en llevar la revolución hasta el final y que no concilie con la burguesía, contentándose con hacerle meras reformas al capitalismo pero sin acabar definitivamente con él.
Ahora bien, el avance de la derecha en la asamblea nacional, al punto de que no alcancemos los dos tercios de la misma, no puede ni debe ser achacado a una supuesta “falta de consciencia ideológica y política” de nuestro pueblo. Desde la ocupación y defensa por sus trabajadores y trabajadoras, de fábricas abandonadas, cerradas o desmanteladas por el patrono con el fin de sabotear la producción de bienes de primera necesidad para nuestro pueblo, pasando por la toma de las instalaciones de PDVSA durante el paro petrolero por sus obreros y obreras a fin de defender y sostener la producción en la misma, la lucha organizada de campesinos y campesinas venezolanas por la ocupación y expropiación de tierras bajo propiedad latifundista, hasta llegar a la organización y movilización masiva del pueblo el 12 y 13 de abril para derrotar el golpe de estado, el pueblo revolucionario militante del PSUV, ha dado innumerables muestras de conciencia revolucionaria en cada uno de los momentos decisivos de la lucha contra la reacción capitalista durante estos once años.
Es el momento de que las bases del partido nos organicemos y movilicemos para hacer que la dirigencia del PSUV lleve a la práctica nuestro programa aprobado en el congreso extraordinario. La nacionalización de los monopolios como la polar, para defender los puestos de trabajo de miles de obreros y obreras, mejorar sus condiciones laborales y ofrecer productos de bajo costo y alta calidad al pueblo, tal y como se ha hecho ahora con Agroisleña es imprescindible. Es necesario igualmente lograr la nacionalización de la banca, lo que permitiría la construcción masiva de viviendas, que es una preocupación tan sentida de nuestro camarada presidente Chávez, y la intensificación de la reforma agraria, que permitiría que el pueblo pueda adquirir los alimentos necesarios y los campesinos pobres, acabar definitivamente con el latifundio.
Los diputados de derecha solo podrán llegar a sus curules en enero, por tanto los diputados del PSUV, deberían darle una Ley que habilite al camarada Chávez, no para decretar leyes como la del trueque (que no toca en absoluto la propiedad de los grandes capitalistas) sino para nacionalizar las palancas fundamentales de la economía. Esto generaría un gran entusiasmo por parte de la clase trabajadora y del pueblo en general, como vimos en el Edo. Bolívar con el plan de control obrero sobre las industrias básicas “Guayana Socialista”, lo cual se reflejó a nivel electoral en un rotundo apoyo de los obreros y obreras guayanesas y sus familias a los diputados de la revolución.
¡Ningún pacto ni diálogo con la derecha!
¡Radicalización de la revolución!
¡Por una Venezuela Socialista!
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