En la madrugada del 9 de abril del año pasado, el vice-presidente Ramón Carrizalez anunció la decisión del presidente Chávez de nacionalizar a SIDOR. Este fue el resultado de una larga lucha por parte de la masa laboral. No es ninguna exageración sostener que la nacionalización fue producto únicamente de la heroica pelea de los obreros que lucharon a pesar del boicoteo mediático, a pesar de la oposición feroz del entonces ministro de trabajo y de muchos burócratas en el aparato estatal y a pesar de la traición por parte de buena parte de la dirigencia sindical.
Los sidoristas siguieron en pie de lucha a pesar de todos los obstáculos, incluyendo la represión de la Guardia Nacional, y al final consiguieron su objetivo estratégico: Que SIDOR pase a la mano del estado otra vez. La lucha mostró como la presión de la clase trabajadora puede marcar al presidente Chávez el camino para la construcción del socialismo derrotando la presión de los sectores burocráticos y reformistas que están en el aparato estatal. Este sin duda es un ejemplo a seguir para todo el conjunto de los trabajadores, para impulsar el socialismo aislando a los burócratas y reformistas.
Ahora bien, la nacionalización ciertamente abrió la puerta para conseguir una “empresa socialista” como ha planteado Chávez en varias oportunidades, pero por si sola la nacionalización (con la que se consiguió uno de los mejores contratos colectivos de la historia de Sidor), no ha resuelto los problemas si no que ha puesto a los trabajadores en mejores condiciones para resolverlos. A un año de la nacionalización de SIDOR vemos que muchos de los viejos problemas siguen pero también vemos como los mismos trabajadores han intentado agarrar las nuevas posibilidades que la nacionalización les ha brindado y como están presionando y organizándose para una solución de los problemas.
Los trabajadores siguen luchando
Al contrario de lo que dicen algunos escépticos, el problema fundamental para la construcción de “una empresa socialista” en Sidor no es el supuesto “bajo nivel de conciencia” de los trabajadores. Como hemos resaltado fueron los propios trabajadores que vencieron a la Multinacional y consiguieron la nacionalización. Lo que hemos visto el año que ha transcurrido desde el mes de abril de 2008 confirma que los sidoristas siguen luchando.
Justo después de la nacionalización fueron los propios trabajadores que vigilaron e impidieron que Techint lograra mover herramientas, sistemas de computación y documentos de la planta para sabotearla nacionalización. Con un instinto de clase claro y revolucionario, los trabajadores pidieron al gobierno que enviara inmediatamente una comisión a la empresa para comenzar el proceso de entrega de la dirección y que, mientras, ellos defenderían el equipamiento, los materiales, la información técnica y administrativa necesaria para el funcionamiento normal de la empresa.
Otro ejemplo de la voluntad de los trabajadores para seguir luchando fue la instalación por primera vez en el mes de abril de 2009 de la Universidad Bolivariana de los Trabajadores (UBT), impulsada por el Frente Revolucionario de Trabajadores Siderúrgicos (FRTS). Más de 1.300 trabajadores se inscribieron en la UBT. De esa manera se reflejó el gran interés por la formación socialista y las ganas de apoderarse de conocimientos para dirigir la empresa.
El papel de los consejos obreros y la elección de gerentes
Junto a estos ejemplos hay que añadir una experiencia valiosísima de los trabajadores del departamento de Mantenimiento de Crudos. En el mes de agosto del año pasado los trabajadores se organizaron contra el nombramiento de un individuo que siempre estuvo cercano a la multinacional como jefe de este departamento. Los trabajadores, apoyados por el SUTISS, presionaron para que se realizaran elecciones para este puesto. Al final salio ganando el camarada socialista César Olarte del FRTS con más de 80 votos frente a 30 votos por el candidato que era la misma persona que había sido nombrado por Techint. Al final la decisión de los trabajadores fue legalizada. ¡Esto muestra en la práctica la vía a seguir!
En su discurso en Guayana el día 21 de Mayo el presidente Chávez resaltó que los trabajadores deben elegir sus propios gerentes. El caso que acabamos de mencionar es un ejemplo de que esto es perfectamente posible. La elección democrática desde debajo de todos los gerentes, sujetos al derecho de revocación, es un elemento indispensable para asegurar que estos gerentes son camaradas con trayectoria y valores revolucionarios comprobados.
Como en el caso de PDVSA durante el cierre patronal de 2002, están presentes todas las condiciones para el desarrollo del control obrero en SIDOR. El sindicato debería celebrar inmediatamente una asamblea para elegir al comité de fábrica con delegados elegidos de cada taller, horno y departamento de la empresa, este comité debería estar a cargo de la vigilancia y supervisión de todas las operaciones de la empresa, vigilar a los administradores e ingenieros. Este comité debería incluir a trabajadores de las empresas subcontratadas en un único organismo, como primer paso hacia un único SIDOR unido.
A la vez es necesario que la masa trabajadora tenga conocimiento de las finanzas de SIDOR. Los libros de cuenta de la empresa deben abrirse para la inspección de los representantes de los obreros. Solo sabiendo la situación económica de la compañía se puede hacer una planificación democrática de la producción que beneficie a los trabajadores y al pueblo venezolano en su conjunto y gestionar qué partes de la misma va para la exportación y qué parte va para el mercado interno.
En el seno del movimiento sindical existe un debate acerca de la relación de los consejos de trabajadores y los sindicatos, donde hay un sector que aboga solo por mantener los sindicatos y otro que aboga por la creación de los consejos de trabajadores. El consejo obrero no es un órgano contrapuesto al sindicato. El sindicato todavía tiene plena vigencia como la plataforma central de lucha de los trabajadores por sus reclamos laborales y la defensa de sus intereses básicos. La idea de que el consejo obrero supuestamente es un competidor al sindicato es un planteamiento reaccionario que han estado promoviendo los sectores más a la derecha como el ex ministro de trabajo José Ramón Rivero. En lugar de contraponer el consejo obrero al sindicato lo que hace falta es una enérgica campaña a favor del control obrero como la única solución de los problemas cotidianos en la fábrica: la tercerización, los accidentes laborales y los demás reivindicaciones laborales. Esta campaña debe ser dirigida a las bases del SUTISS y a los camaradas contratistas para convencerlos sobre la necesidad de dar este paso y emplazarlos a tomar medidas concretas en esta dirección.
El control obrero no es solo “una buena idea” sino una necesidad urgente.
La tarea de los revolucionarios en SIDOR es asegurar que se cumpla el mandato que Chávez dio a los trabajadores tras la nacionalización en mayo del año pasado; mantener una empresa eficiente y humanizar las condiciones laborales de los trabajadores y así crear una empresa socialista. Pero esto no puede cumplirse sin el control y la administración democrática de los trabajadores a todos niveles de la empresa. En consecuencia el control obrero está plenamente ligado a las reivindicaciones concretas de los trabajadores.
Por lo tanto el control obrero no es simplemente “una buena idea” sino una necesidad urgente. Es una cuestión concreta: ¿Acaso podemos confiar en los mismos gerentes que fueron nombrados por la multinacional argentina? ¿Acaso podemos confiar en sectores adversos a la revolución? ¿Acaso podemos dejar en manos de gente que no tenga contacto directo con las bases obreras la dirección de la empresa?
La respuesta definitiva es no. Hay muchos factores que están jugando al fracaso de la empresa. Una parte del personal gerencial de la planta sigue siendo el de la antigua multinacional que va a jugar a que la nacionalización de Sidor sea un fracaso.
Lo que estos elementos contrarrevolucionarios y burocráticos están intentando es sabotear el mandato de Chávez y la idea de “una empresa socialista” para mostrar que la nacionalización fue una decisión incorrecta y así socavar las bases de la revolución. Solo con la construcción de una fuerte corriente marxista en la empresa que impulse el control obrero podemos combatir a estos elementos y hacer de SIDOR una empresa socialista de verdad.