Oriente Medio

La revolución egipcia, que siguió rápidamente al levantamiento de Túnez, ha enviado ondas de choque al conjunto del mundo árabe. Todos los estrategas serios del capital están discutiendo el "efecto dominó" de los acontecimientos que se desarrollan en Egipto. Ninguno de ellos, sin embargo, había previsto nada de esto.

Las masas han vuelto a tomar las calles en las mayores manifestaciones vistas hasta ahora en Egipto. Lo llaman el día de la despedida. Ya, esta mañana, Al Jazeera mostró una inmensa multitud de personas entrando en tropel en la plaza Tahrir. El estado de ánimo no era ni tenso, ni de miedo, sino de júbilo. En el mismo instante en que las oraciones del viernes terminaron, las masas irrumpieron con un grito ensordecedor de "¡Mubarak, fuera!". Los pocos partidarios de Mubarak fueron escabulléndose por las calles aledañas a la plaza como chacales impotentes.

"El cielo estaba lleno de rocas. Los enfrentamientos a mi alrededor eran tan terribles que podía oler la sangre". Con estas palabras, Robert Fisk describe los dramáticos acontecimientos en la Plaza Tahrir, donde las fuerzas de la revolución chocaron con las de la contrarrevolución. Todo el día y durante toda la noche, una batalla feroz hacía estragos en la Plaza y en las calles circundantes.

La revolución en Egipto está alcanzando un punto crítico. El viejo poder del Estado se derrumba bajo los golpes de martillo de las masas. Pero la revolución es una lucha de fuerzas vivas. El viejo régimen no tiene intención de rendirse sin lucha. Las fuerzas contrarrevolucionarias están pasando a la ofensiva. Hay feroces combates en las calles de El Cairo entre elementos pro y anti-Mubarak.

La Gran Pirámide de Giza ha durado 3.800 años. Hosni Mubarak ha durado algo menos, pero le gustaría sobrevivir un poco más. La diferencia de su régimen con la pirámide de Keops es que es una pirámide invertida. Toda su fuerza está en la parte superior, pero sólo hay un pequeño punto en la parte inferior. Las leyes de la gravedad y la arquitectura nos dicen que tal estructura es inherentemente inestable. El menor empujón puede hacer que toda la estructura se derrumbe.

30 de enero 2011: El levantamiento popular contra el gobierno de Hosni Mubarak continúa. El domingo por la mañana salió el sol en otro día tenso después de una noche de desafío y protestas masivas contra el gobierno que convirtió el toque de queda en letra muerta. Este hecho sorprendente saca a la luz la situación real.

Día cinco de la revolución y el movimiento sigue creciendo en tamaño e intensidad. Al toque de queda de anoche se le hizo caso omiso, y hoy [sábado, 29 de enero] hay más gente en las calles que ayer. Se decretó un nuevo toque de queda para las cuatro de la tarde, hora egipcia, pero este no es más efectivo que el anterior. Incluso antes de que el toque de queda entrara en vigor, un mayor número de manifestantes estaba juntándose en las calles

28 de enero: Las llamas de la ira se están extendiendo a través de todo Egipto y nada puede detenerlas. El destino del régimen de Mubarak está en juego. Hoy se produjeron enfrentamientos violentos en las calles de El Cairo y otras ciudades egipcias con la lucha por el poder entrando en una nueva etapa. Se hizo un llamado para realizar protestas masivas tras las oraciones del viernes. El régimen advirtió que cualquier protesta se enfrentaría a toda la fuerza del Estado. El escenario estaba listo para una confrontación dramática.

Acontecimientos dramáticos se están desarrollando en el Oriente Medio. Hoy (martes) Egipto fue sacudido por una ola de manifestaciones en todo el país exigiendo el fin del régimen de Mubarak, que ha oprimido al pueblo de esta nación orgullosa durante casi 30 años. Este ha sido el mayor movimiento de protesta en Egipto que se ha visto en décadas. En El Cairo y muchas otras ciudades manifestantes anti-gubernamentales se lanzaron a la calle y lucharon con la policía.

Como explicamos en varios artículos, el actual régimen en Irán, lejos de ser “progresista” es en realidad profundamente reaccionario, oprimiendo sistemáticamente los derechos de los trabajadores y pobres. Desde el mes de junio del año pasado, los trabajadores y jóvenes de Irán han protagonizado un movimiento contra los crímenes de la dictadura islámica. Ponemos a la disposición de nuestros lectores una traducción del último artículo de nuestros camaradas marxistas en Irán que analiza la situación en el país y las tareas del movimiento revolucionario.

La Flotilla de la Libertad, organizada por la fundación humanitaria turca IHH (Insani Yardim Vakfi), la Campaña Europea para Acabar el Asedio de Gaza (ECESG), la campaña griega y la sueca ‘Barco a Gaza’ y el Free Gaza Movement, ha sido la mayor acción coordinada realizada hasta el momento para intentar ofrecer ayuda humanitaria al pueblo palestino asediado en Gaza desde hace años, ante la pasividad de la ONU y del resto de la comunidad internacional institucional.

Los acontecimientos recientes en Irán han remarcado el hecho de que el movimiento desatado en junio no fue un hecho aislado. Marcó el comienzo de un proceso revolucionario que no se detendrá hasta que este régimen tan repudiado sea derrocado. Ha habido alzas y bajas, pero la dirección es clara. Lo que el movimiento de masas requiere ahora es la intervención decisiva de la clase trabajadora organizada. Esto es en lo que los marxistas insisten en la situación actual.

En los últimos días estallaron de nuevo manifestaciones masivas en Irán. Millones salieron a las calles y llegan noticias de gente tomando el control de las calles, comisarías de policía ardiendo e, incluso, de policías que se niegan a disparar contra los manifestantes. Estos pueden ser los últimos días del odiado régimen de la República Islámica de Irán. Si estuviera presente una dirección revolucionaria, podrían contarse las horas de la República Islámica. Publicamos este artículo con una gran cantidad de informes de testigos sobre el terreno.

El 4 de noviembre Irán se vio sacudido de Nuevo por manifestaciones de masas. Normalmente este día es utilizado por el régimen para celebrar el aniversario de la ocupación de la embajada norteamericana en Irán. Las masas utilizaron ese día para movilizarse contra el régimen, gritando consignas como: "Muerte al dictador", revelando un deseo más profundo de ver el final de este régimen.