El día en que Collin Powel, ex Secretario de Estado norteamericano, defendió el bombardeo que ellos llamaban "quirúrgico" contra Irak (el 5 de febrero de 2003) colocaron una cortina sobre el Guernica de Picasso, situado a la entrada de la sala del Consejo de Seguridad, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En esas horas, súbitamente, suspendieron la transmisión televisiva en cadena nacional, para poder tapar una de las obras cumbre del arte contemporáneo en la que, entre mil cosas, quedó superado el debate en el que el "arte no se mezcla con la política".