El asesinato de un joven de 18 años desarmado, Michael Brown, seguido por la disolución de una marcha de protesta por la policía antidisturbios con perros, ha dado rienda suelta a la ira y la frustración de la juventud negra en el hasta ahora tranquilo suburbio obrero de Ferguson en St. Louis, que fue testigo de una noche de saqueos y vandalismo. Estos acontecimientos, sobre todo, demuestran que hay enormes presiones acumulándose en la sociedad de Estados Unidos, apenas a una pulgada por debajo de la superficie.